¿A quién le duele otro libro contra Trump?

Este martes desembarca el libro más esperado de este otoño: «A Warning»

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Detenerse en la sección de política de cualquier librería estadounidense es como meterse en un caleidoscopio «trumpiano»: el rostro del presidente de EE.UU. lo llena todo, mirando desde la portada de las decenas de libros que le han dedicado desde su ascenso al poder en 2016.

Este martes desembarca uno nuevo, quizá el más esperado de este otoño: «A Warning» (algo así como «Una advertencia»), otro relato más sobre una Casa Blanca caótica y un presidente desatado y peligroso. La particularidad es que su autor es un infiltrado, un alto cargo anónimo que conoce la gravedad de la situación y justifica la publicación de las interioridades de la Casa Blanca para evitar la reelección de Trump el año que viene, lo que sería, en su opinión, desastroso para EE.UU.

El éxito editorial está garantizado. Desde que se anunció su publicación hace más de tres semanas, «A Warning» está en el «top diez» de los libros más vendidos en Amazon gracias a los pedidos anticipados. Según la editorial, Hachette, se han vendido ya más de cien mil copias, y planean imprimir al menos medio millón para responder a la demanda. Lo que no está tan claro es qué impacto puede tener el nuevo relato en una opinión pública que ha perdido la capacidad de sorpresa sobre Trump, ahogada en el sitio mediático al presidente, abrumada por filtraciones constantes, tanto en prensa como en el sector editorial. ¿Cambia algo otro libro sobre Trump? Más allá de los bolsillos de los autores y los editores, es difícil saberlo.

El origen de «A Warning» tiene fecha exacta: el 5 de septiembre del año pasado. Aquella mañana, «The New York Times» publicó una columna de opinión poco habitual: su autoría era anónima. Llevaba el atractivo título de «Yo soy parte de la resistencia dentro de la Administración Trump». En ella, el autor se definía como un alto cargo del Gobierno de EE.UU. dedicado, junto a otros, a evitar o controlar «los peores instintos» de Trump desde dentro.

La columna corroboraba la existencia de los llamados «adultos en la sala», el grupo de miembros de la Administración que buscan meter a Trump en cintura y evitar crisis internas o internacionales. Sobre todo después de que algunos de estos adultos, meses después de la publicación del anónimo, dejaran el Gobierno quemados en el volcán «trumpiano». Rex Tillerson, su primer secretario de Estado, contó cómo no cumplía órdenes de Trump que le parecían que atentaban contra la ley. El director legal de la Casa Blanca, Don McGahn, rechazó las instrucciones de despedir a Robert Mueller, el investigador especial de la «trama rusa». Y Gary Cohn, el principal asesor económico del presidente, le llegó a robar acuerdos comerciales de la mesa de su despacho para que no los firmara.

Fe ciega en el presidente

Ahora, el anónimo regresa con este libro, que es una versión ampliada de aquella columna. Y esa es una de las críticas que estos días se hace del libro: no cuenta nada demasiado nuevo (lo cual es todavía más flagrante para un anónimo, que se supone que utiliza esa condición para contarlo todo). El autor insiste en el retrato de un presidente «sin principios», «insensato», intempestivo, sin capacidad de atención, «intelectualmente vago», inclinado a la misoginia y a las conspiraciones, abusón con sus subordinados y que entiende cualquier crítica como una traición. Hay revelaciones adicionales en el libro -la supuesta intención de Trump de prescindir del vicepresidente, Mike Pence, para la reelección; el plan de un grupo de altos cargos de dimitir conjuntamente, una «masacre de medianoche» que nunca se produjo; la promesa del presidente a sus subalternos de darles el perdón presidencial si hacían algo ilegal por él; o su propuesta de enviar a inmigrantes ilegales a Guantánamo-, pero en el fondo no cambia el relato de otros libros y se centra en descripciones creativas de un presidente desquiciado: trabajar para Trump es como «llegar al hogar de ancianos por la mañana y ver a tu tío viejo corriendo sin pantalones por el patio y maldiciendo la comida de la cafetería, mientras los asistentes tratan de atraparlo».

Es el mismo tono de la mayoría del género literario «trumpiano»: el de «Fuego y furia», el libro de Michael Wolff publicado a principios de 2018 que detallaba las intimidades de la Casa Blanca. O de «Miedo», del célebre Bob Woodward, uno de los periodistas clave en la investigación del caso «Watergate»; o el «Unhinged» de Omarosa Manigault, la que fuera su colaboradora (y, antes, concursante de su programa de telerrealidad); o de «Trumpocracy», del conservador David Frum. O de tantos otros

La presidencia de Trump está envuelta en el escándalo desde antes de llegar a la Casa Blanca y los medios lo han utilizado en su favor. El presidente monopoliza el ciclo informativo y algo similar ha ocurrido en los libros. Se suceden las filtraciones explosivas, los exabruptos de Trump cacareados por los medios, las crisis y los abusos de poder del presidente. Lo que no cambia apenas es la posición de Trump ante el electorado. El presidente tiene un índice de aprobación que oscila por encima del 40% y apenas ha cambiado en meses.

«A Warning» soliviantará todavía más al votante «anti Trump» y será despreciado por el fan del presidente. Si el éxito del libro está en cambiar la percepción de los votantes sobre Trump, apunta a fracaso.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación