Al Qaida pide un intercambio de prisioneros por la libertad de una misionera suiza secuestrada en Malí
Beatrice Stockly, quien trabajaba desde hace años en el país africano, fue raptada a comienzos de mes
Al Qaida en el Magreb Islámico (AQIM) ha hecho pública una grabación donde reivindica el secuestro de una misionera suiza, Beatrice Stockly, quien fuera raptada hace tres semanas al norte de Malí, y exige un intercambio de prisioneros por su liberación.
En el comunicado, la religiosa, residente en la ciudad de Tombuctú desde hacía años (y ya secuestrada en otra ocasión, en este caso en 2012), aparece cubierta con un velo. De igual forma, durante el metraje, cercano a los ocho minutos, un presunto miembro de AQMI demanda la entrega de varios terroristas en manos del Gobierno maliense, así como la libertad de Ahmad Al Faqi Al Mahdi, exmiembro del grupo armado Ansar Dine y quien en la actualidad rinde cuentas frente a la Corte Penal Internacional.
«Nosotros, Al Qaida en el Magreb Islámico, declaramos nuestra responsabilidad en el secuestro de esta infiel cristiana (llamada) Beatrice Stockly, que por su trabajo, expulsó a tantos de las filas del Islam al seducirlos con migajas de esta vida mundana», se señala en la grabación.
Recientemente, los Gobiernos de Burkina Faso y Malí anunciaban su disposición a coordinar esfuerzos para hacer frente a los grupos islamistas que operan en su territorio. La confraternidad se producía tras los recientes atentados contra los cimientos de ambos países: En el último de ellos, a mediados de mes, al menos 28 personas perdían la vida en el asedio contra un hotel de la capital de Burkina Faso, Uagadugú . La acción armada fue reivindicada por la milicia Al Mourabitoun, aliado de Al Qaida en la región. Precisamente, el pasado noviembre, este mismo grupo armado ya había realizado otra masacre, en este caso contra un hotel de la capital de Malí, Bamako, que provocó una veintena de muertes.
La anunciada colaboración en materia de Inteligencia entre Burkina Faso y Malí dispone ya de sus primeras pruebas de fuego. Junto al rapto de la misionera suiza, en los últimos días, crece la preocupación sobre la suerte de Ken y Jocelyn Elliott, una pareja australiana secuestrada, también este mes, en el límite entre ambos países . En este ocasión, el rapto del matrimonio, quien dirigía una clínica en la ciudad de Djibo desde 1972, fue reivindicada por otra milicia islamista, en este caso, los malienses de Ansar Dine.
Crecen los aliados islamistas
Mientras, y la espera de decisiones políticas en materia de Inteligencia, Al Mourabitoun (y a la postre, Al Qaida) continúa mostrando músculo.
Entre los principales crímenes cometidos por la milicia en sus apenas dos años de vida, se encuentran el ya señalado asedio a un hotel de Bamako el pasado noviembre, la muerte de cinco personas en un ataque a un restaurante de la misma ciudad, una acción suicida en el norte de Malí contra cascos azules de la ONU (3 fallecidos), así como el cerco a otro hotel en agosto que dejó 17 muertes en la ciudad de Sevare.
No obstante, es la biografía de su líder, el caudillo Mojtar Belmojtar, quien de mejor manera refleja el intrincado cruce de caminos islamista en el que se ha convertido la región . En 2003, este argelino veterano de Afganistán, a quien se ha dado en numerosas ocasiones por muerto (la última, en junio pasado), se convertía en el autor del primer gran secuestro de extranjeros en el Sahel, cuando se hizo con una treintena de turistas. Una década después, orquestaba la toma del campo de gas argelino de In Amenas, que se saldó con la muerte de 37 rehenes y 32 terroristas en enero de 2013.