Putin termina de implantar definitivamente otro desfile militar de exaltación de la victoria en la II Guerra Mundial
Este año se ha mantenido la tradición y hoy han desfilado en la Plaza Roja unos 4.000 militares vistiendo los uniformes de hace 78 años junto con vehículos y tanques también de aquella época
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Hace dos años se celebró, por primera desde la llegada de Vladímir Putin al poder, la evocación «teatralizada» del desfile que las tropas soviéticas protagonizaron en la Plaza Roja de Moscú el 7 de noviembre de 1941, cuando el Ejército nazi se encontraba a las puertas de la capital rusa. Ésta parada militar sirvió de celebración en la época soviética del Día de la Revolución cada 7 de noviembre, hasta 1990. Pero, desde 2017, se ha reinstaurado como evento de periodicidad anual junto con el desfile del 9 de mayo, el más relevante , y otros muchos vinculados a la victoria de la URSS sobre la Alemania nazi.
Y es que el Kremlin parece no haber encontrado otro elemento movilizador del patriotismo más eficaz que la constante, casi diaria, rememoración de una contienda en la que, según cifras oficiales, perecieron más de 26 millones de soviéticos.
Las tropas alemanas, que iniciaron la invasión de la URSS, la «Operación Barbarroja», el 22 de junio de 1941, a comienzos de noviembre de ese mismo año se encontraban ya a 30 kilómetros de Moscú. Tal circunstancia no impidió que se celebrara en la Plaza Roja el desfile conmemorativo del 24 aniversario de la Revolución Bolchevique en presencia de Stalin , que arengó entonces a los 28.500 soldados presentes. Desde allí partieron inmediatamente hacia el frente. Se aseguró entonces que el acto castrense en la plaza más emblemática de Moscú y las palabras del dictador comunista consiguieron elevar la moral del Ejército Rojo.
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Putin quiso mantener vivo ese espíritu y en 2017 ordenó al alcalde capitalino, Serguéi Sobianin, y al Ministerio de Defensa reproducir el desfile introduciendo elementos audiovisuales. Este año se ha mantenido la tradición y hoy han desfilado en la Plaza Roja unos 4.000 militares vistiendo los uniformes de hace 78 años junto con vehículos y tanques también de aquella época.
La teatralización, con imágenes de archivo en pantalla gigante de las tropas formadas en la Plaza Roja en 1941 y algunas de las canciones que entonaron los soldados cuando se dirigían a luchar, ha sido una copia exacta de las que Sobianin organizó en 2017 y 2018. Él ha sido hoy quien se ha dirigido a los militares y al público presente. En la tribuna estaban cuatro veteranos que desfilaron allí hace 78 años y que sobrevivieron a la sangrienta «Batalla de Moscú». Duró 97 días y causó un millón de bajas en ambos bandos, aunque los soviéticos sufrieron el doble de muertos que los alemanes. Consiguieron, eso sí, impedir que el enemigo tomara Moscú. Hoy, a diferencia del 7 de noviembre de 1941, la Plaza Roja, no ha estado cubierta por un manto de nieve.
Los comunistas rusos serán también hoy protagonistas de la jornada con una manifestación en recuerdo de la Revolución de 1917, que supuso el fin del zarismo y el comienzo de la época soviética. Según el calendario juliano vigente en la Rusia anterior a aquella revuelta, el 7 de noviembre se corresponde con el 25 de octubre. Entonces los bolcheviques, liderados por Lenin, tomaron el Palacio de Invierno, destituyeron al Gobierno Provisional de Alexánder Kérenski y tomaron el poder.
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Aquel acontecimiento, que supuso el comienzo de una implacable dictadura comunista que duraría más de 70 años, se conmemoró siempre durante la época soviética cada 7 de noviembre con un gran desfile en la Plaza Roja de Moscú. Está fiesta perdió su contenido comunista por orden del presidente Borís Yeltsin, que ordenó en 1996 sustituirla por el Día de la Concordia y la Reconciliación. Ya desde el año anterior el desfile militar se había trasladado al 9 de mayo, Día de la Victoria sobre la Alemania nazi.
Putin terminó de darle la puntilla al 7 de noviembre en 2005, cuando dejó de ser festivo y sustituyó la fecha por el 4 de noviembre, que pasaría a ser el Día de la Unidad Popular, en recuerdo de la victoria sobre las tropas polacas, en 1612, y el nacimiento de la dinastía Románov. Pese a todo, Putin decidió el 7 de noviembre de 2017, centenario de la Revolución Bolchevique, lanzar un doble guiño a la historia, a la victoria sobre el nazismo y a los comunistas. Dispuso así la celebración del desfile que hoy se ha vuelto a ver en la Plaza Roja.
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