Putin se debate entre prolongar las restricciones por el coronavirus hasta mediados o hasta finales de mayo
La disyuntiva es difícil porque, según se opte por una variante más o menos dilatada en el tiempo, se arriesgará la salud en beneficio de la economía o viceversa
El próximo 30 de abril será el último día no laborable que decretó a comienzos de mes el presidente Vladímir Putin y que sirvió de base para que alcaldes y gobernadores impusieran en sus demarcaciones el confinamiento domiciliario obligatorio para detener la epidemia de coronavirus . Y, aunque los tres últimos días ha decrecido el ritmo de contagios y fallecimientos en Rusia, ningún responsable público ni especialista médico se atreve a vaticinar que los rusos en mayo puedan volver a la vida normal. Todos dan por hecho que las restricciones continuarán, como mínimo, 10 o 15 días más.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo la semana pasada que el presidente Vladímir Putin anunciaría en estos días nuevas medidas y se sabría el horizonte de cara al mes que viene. Pero Putin se lo está pensando. Los expertos barajan dos escenarios: una prolongación de la actual situación hasta el 10 o 15 de mayo o decretar todo el mes entero no laborable, decisión que comportaría para gran parte del país seguir 31 días más en situación de confinamiento y con la inmensa mayoría de los negocios cerrados.
La disyuntiva es difícil porque, según se opte por una variante más o menos dilatada en el tiempo, se arriesgará la salud en beneficio de la economía o viceversa.
No más allá de junio
En cualquier caso, el canal de televisión ruso Dozhd, que cita una fuente del comité operativo ruso de lucha contra el COVID-19, sostiene que «las restricciones no se extenderán más allá de junio ». Asegura también que las autoridades rusas probablemente anunciarán primero una prolongación del actual estado «hasta una fecha inmediatamente después de las fiestas de mayo» y, de ser necesario ante un posible empeoramiento de la incidencia de la pandemia, se ampliaría dos o tres semanas más.
En Rusia no se habla todavía de desescalada, ni siquiera se ha acuñado todavía tal término para designar la vuelta paulatina a la normalidad . Sin embargo, el órgano de control Rospotrebnadzor ha publicado ya en su página web las recomendaciones a seguir cuando empiecen a levantarse las prohibiciones de funcionamiento a algunos establecimientos. Por ejemplo, los cafés, que llegado el momento, empezarán a abrir empezando por los de menor tamaño (no más de 50 metros cuadrados) y después poco a poco hasta restablecer la actividad de cafeterías y restaurantes más grandes.
A juicio de Melita Vuinóvich, representante en Rusia de la OMS, «el ritmo de contagios por coronavirus en Moscú en los últimos tres días nos causa un optimismo cauteloso». Según sus palabras, «la situación se está estabilizando un poco , pero aún tenemos que esperar». Vuinóvich declaró ayer a la prensa que «la transición a una nueva fase lucha contra la infección debe hacerse gradualmente y con mucho cuidado». El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, cree que todavía es pronto para permitir a la población salir a dar algún paseo, más allá de las incursiones permitidas a comprar comida o medicamentos, por el riesgo que supone de disparar de nuevo los contagios. A su vez, el gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobiov, no descarta que en mayo la situación con la pandemia pueda complicarse.
Los datos sobre la propagación del coronavirus en Rusia referidos a las últimas 24 horas señalan un nuevo repunte con 5.849 nuevos casos , lo que eleva el total a 68.622. El número de fallecido se sitúa ya en 615 y el curados en 5.568. En Moscú se han registrado desde ayer 2.957 nuevos casos de COVID-19, lo que supone un repunte de casi un millar de contagios. El total de infectados en la capital rusa alcanza ya la cifra de 36.897 y el de decesos 325.
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