Las protestas en EE.UU. fuerzan recortes de fondos a la Policía y límites a su inmunidad
Nueva York y Los Ángeles reducirán los fondos, Mineápolis desmantelará el actual cuerpo de agentes locales y el Partido Demócrata presenta una propuesta en el Congreso para facilitar la investigación de los abusos
El elefante en el cuarto -o en las calles de las grandes ciudades de Estados Unidos - en las protestas por la muerte de George Floyd y los abusos contra la minoría negra ha sido su objetivo. La indignación por una tragedia difícil de digerir -el policía que asfixió a un hombre negro desarmado, esposado y sujeto por otros dos agentes, durante casi nueve minutos- no se concretaba en peticiones concretas, en un programa de reformas que uniera a un espectro amplio de la población.
Las protestas multitudinarias -con una extensión en todo el país desconocida para temas raciales desde el movimiento de derechos civiles de los años 60- han mostrado el enfado y el hastío en sectores amplios. Se ha insultado, acusado de racismo y combatido a la Policía. Pero no ha emergido una propuesta para atajar sus abusos.
Quizá es porque es un problema que se enmarca dentro de un racismo estructural en EE.UU. -que va más allá de la Policía, hasta las condiciones socioeconómicas, la educación, las oportunidades laborales, el acceso a la sanidad-, con soluciones muy complejas y de largo recorrido. También porque las peticiones de reforma policial se han producido de forma cíclica en anteriores episodios -los nombres de Trayvon Martin , Michael Brown , Tamir Rice , Eric Garner o Philando Castile suenan como letanías en las protestas- y no han tenido grandes resultados.
En esa laguna de peticiones en las protestas, una idea vociferada por los activistas más radicales ha cogido impulso y se ha colado en el debate político nacional: «Defund the police», «Recortar la policía» o «Quitar la financiación a la Policía». No es un concepto nuevo, pero era desconocido para el gran público hasta hace poco. Se empezó a ver en algunos carteles en las protestas, ha ganado espacio con el paso de los días -hoy se cumplen dos semanas- y ya se ha convertido en el grito de guerra de muchos manifestantes.
De hecho, este fin de semana, la pintada monumental con «Black Lives Matter» que ocupaba varias manzanas de la capital, Washington, se ha completado con otra con «Defund the police» y otras ciudades han seguido el ejemplo. Y lo que es más importante: las ciudades empiezan a tomarse la idea en serio.
El significado de «Recortar la policía» es discutido: para algunos, significa que los cuerpos de seguridad deben transformarse en agencias no dedicadas a perseguir a las comunidades, sino a protegerlas; para otros, no supone desmantelar la Policía, sino dedicar parte de su presupuesto a servicios sociales; otros, los más radicales, sí lo defienden como una disolución de las fuerzas del orden.
Mineápolis , el escenario de la muerte de Floyd, es uno de los lugares donde podría haber cambios radicales. Nueve miembros del consejo municipal de la ciudad anunciaron el domingo durante una manifestación que apoyan el desmantelamiento del Departamento de Policía de Mineápolis , que tiene un largo historial de abusos contra la minoría negra. «Nuestros esfuerzos en en reformas paulatinas han fracasado», dijo Lisa Bender, una de las concejales.
Las dos mayores ciudades del país, Nueva York y Los Ángeles , se han comprometido a reducir y redistribuir la financiación de su policía. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio , después de decir la semana pasada que no estaba a favor de los recortes a la Policía y de ser abucheado en el memorial a Floyd del pasado jueves, dijo este fin de semana que está comprometido a dedicar parte de los 6.000 millones de presupuesto de la Policía de la ciudad a «servicios para jóvenes y servicios sociales», aunque no dio detalles del plan. Su homólogo en Los Ángeles, Eric Garcetti , anunció una transferencia de 150 millones de dólares para servicios a las comunidades afroamericana e hispana.
Un caramelo para Trump
La idea de «recortar la Policía» es un caramelo político para Donald Trump , que salía perjudicado de la crisis del coronavirus y de su reacción a las protestas de Floyd. Y pone contra las cuerdas al Partido Demócrata, que corre el riesgo de oponerse a las protestas contra los abusos policiales si no sigue la cuerda del vaciamiento presupuestario a la Policía y de enfurecer a buena parte del país. Solo tres instituciones han tenido un apoyo mayoritario de la población en las dos décadas que Gallup lo ha medido: el Ejército, las pequeñas empresas y la Policía.
Este lunes, el exvicepresidente y candidato a la presidencia Joe Biden negó que estuviera a favor de «recortar la Policía» e insistió, una vez más, en la necesidad de reformas policiales. Es la línea que siguieron los demócratas del Congreso, que este mismo lunes presentaron una propuesta de ley ambiciosa: limitación de la inmunidad a los agentes, más poder para que el Departamento de Justicia investigue a los cuerpos de policía, prohibición de ahogamientos, establecimiento de una base de datos sobre agentes indisciplinados, prohibición de operaciones en domicilios sin autorización judicial…
«Es una visión audaz y transformadora de la Policía en EE.UU.», defendió una de las proponentes, Karen Bass , «para que nunca veamos otra vez lo que ha pasado en Mineápolis». La propuesta se aprobará en la cámara baja, dominada por los demócratas, y naufragará previsiblemente en el Senado, bajo control republicano. Y la atención se la llevará, mientras tanto, la idea de desmantelar la policía que emerge de las protestas, y que los republicanos disfrutarán en año electoral.
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