Ascienden a 20 los muertos en Irán tras otra noche de protestas reprimidas
Pese a la imagen de reformista del presidente Rohani, la población persa es consciente de que no detenta el poder real
![El presidente Rohani, en un discurso en el Parlamento iraní](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2018/01/02/ro-kna--1240x698@abc.jpg)
Al menos 9 personas murieron esta pasada noche en diferentes ciudades de la provincia iraní de Isfahán (unos 350 kilómetros al sur de Teherán), con lo que son ya 20 los fallecidos en las protestas antigubernamentales que tienen lugar en el país, según informaron hoy medios locales. Entre los muertos anoche, 6 manifestantes perdieron la vida en la ciudad de Qahderiyán, cuando atacaron la comisaría de la ciudad, mientras que murieron tiroteados un niño de 11 años en la ciudad de Jomeiní Shahr, un miembro de los Guardianes de la Revolución en la ciudad de Kahriz Sang y un policía en la ciudad de Nayaf Abad.
Así son ya 20 los muertos a raíz de las manifestaciones antigubernamentales contra la corrupción y la carestía de la vida, que comenzaron el pasado 28 de diciembre.
La oleada de protestas en Irán ha puesto al descubierto la profunda crisis que vive el país dentro y fuera de sus fronteras. En el exterior, la eterna rivalidad del régimen chií contra Arabia Saudí por el control de Oriente Próximo continúa más viva que nunca, aunque inclinándose claramente a favor de la República Islámica. Sobre las ruinas de Siria y Yemen , Irán se consolida como ganadora en la región a costa de un inmenso desembolso económico y del descuido de sus asuntos domésticos según apuntan las voces más críticas. La decisión de Donald Trump de no certificar el pacto nuclear con Irán, suscrito en su día por su antecesor Barack Obama, y la imposición de nuevas sanciones económicas abre por otro lado un nuevo período de incertidumbre.
A la población, sin embargo, le inquietan más los problemas internos del país: la inflación y el paro han aumentado, la percepción de la corrupción es amplia, y las consecuencias de las sanciones internacionales se hacen sentir en los bolsillos de las familias.
La difícil situación política y económica alienta a los jóvenes más desencantados a emigrar; tampoco la petición de una mayor igualdad entre hombres y mujeres ha sido atendida desde el Gobierno a la par que la lucha por los derechos de las mujeres se ha hecho más fuerte en los últimos años. Las redes sociales , con un acceso limitado, y el ansia de libertad de los jóvenes chocan contra las restricciones políticas y religiosas de un régimen integrista que no ha sabido adaptarse a la modernidad.
Aunque el actual presidente del país, Hasan Rohani , es considerado un islamista moderado, el poder real lo ejerce un ayatolá de la vieja escuela, Ali Jamenei , respaldado por los pasdarán, los guardianes de la revolución, que controlan el 90 por ciento de la fuerza militar y los recursos económicos. El espacio para la disidencia en Irán es inexistente y las opiniones políticas normalmente se ocultan por temor a sufrir represión.
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