La prensa francesa se pregunta si Hollande busca un «suicidio» político
Tras la huelga general y las masivas protestas contra la reforma laboral, los analistas aseguran que el presidente no se recuperará de la pérdida de apoyo entre la izquierda que le ha granjeado la medida
El día después de la huelga general y las protestas multituidnarias contra la reforma laboral , la prensa francesa se pregunta masivamente si François Hollande ha decidido «suicidarse» o prefiere «inmolarse» al fuego lento de una campaña electoral que el presidente todavía cree posible ganar.
Resumiendo el conjunto de los editoriales de la prensa francesa, parisina y nacional, la Agencia France Press (AFP) se pregunta: «¿Será la reforma laboral el suicidio político de Hollande?». Una mayoría abrumadora de editorialistas estiman que el presidente de la República está caído de hinojo en el campo de batalla de su propio e inútil sacrificio.
Bruno Muge escribe en «La Montagne / Centre France»: «El proyecto de reforma laboral, la ley que defiende su ministra del trabajo, Myriam El Komri, se aparenta a un suicidio político. Será terriblemente difícil recuperar los votos que ese proyecto de Ley ha hecho perder a Hollande».
Yves Harté agrega en «Sud-Ouest»: «Las manifestaciones y huelgas del jueves tenían la luz gris crepuscular que iluminan los caminos de la cruz de todo fin de reino».
Menos lírica, Françoise Fressoz habla en «Le Monde» de «fiasco presidencial», agregando: «Hollande vive la presión de una realidad dramática, una sucesión de crisis que, desde el principio de su mandato, no lo dejan respirar: crisis de las finanzas públicas; crisis social, con un incremento significativo del paro; crisis nacional con dimensiones europeas, a través del terrorismo».
Con un 85 por ciento de opiniones negativas en los sondeos de opinión, resumiendo con crueldad los análisis políticos, Hollande no tira la toalla, sin embargo. Y deja decir al último reducto de sus amigos y fieles, en la adversidad, que está dispuesto a «plantar cara». ¿De qué manera? Eso no se sabe.
Movimientos de Gayet
A juicio de un 70 por ciento de los lectores del diario conservador «Le Figaro», Hollande debiera disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones generales anticipadas. Nada más lejos de su intención. Hollande ya está en campaña electoral, cuando los sondeos anuncian que pudiera ser eliminado por Marine Le Pen en la primera vuelta de la próxima elección presidencial, la primavera de 2017.
Julie Gayet, la amiga / novia de Hollande, y Audrey Azoulay, ministra de Cultura, intentan movilizar a intelectuales y artistas que pudieran estar interesados en dar su apoyo más o menos explícito a una posible reelección de Hollande.
Al frente del PS, Jean-Christophe Cambadelis, intenta forjar una Alianza Popular (AP, unión del «pueblo de izquierdas») que pudiera servir de maquinaria de guerra del candidato Hollande, en su momento. Maniobras palaciegas que solo convencen a los convencidos, un círculo íntimo muy reducido. «Le Monde» ha destacado en su portada, a toda página, un estudio sociológico que culmina con esta sentencia: «A la izquierda, hay un rechazo masivo de Hollande».
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