El populismo antieuropeo pierde fuerza tras el Brexit

La ola antisistema se ha visto frenada en las elecciones de Holanda, Francia y Reino Unido

En las elecciones alemanas de septiembre se verá si Merkel es capaz de resistir la oleada populista EFE

ENRIQUE SERBETO

Tras la derrota del Frente Nacional en Francia y la desaparición electoral del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) , hay quien intenta entrever un cambio de tendencia en la política europea ¿Y si la ola de populismo hubiera tocado fondo? Las elecciones en Holanda y en Francia y los sondeos en Alemania parecen anticipar un giro en la vida política del Viejo Continente. Sin embargo, los asuntos a los que se atribuye el crecimiento de los partidos eurófobos y demagógicos de izquierda y derecha, inmigración y aumento de las desigualdades que ha dejado la crisis, están lejos de haber sido resueltos y por la misma razón es necesario contemplar con mucha precaución las encuestas que apuntan ese cambio de tendencia.

Las elecciones más importantes en el calendario inminente son las que se celebrarán en Alemania en septiembre , donde se comprobará la reacción de los votantes germanos a la gestión de la canciller Angela Merkel . La dirigente democristiana ha tomado posiciones muy arriesgadas en temas muy polémicos, sobre todo en la gestión de la crisis de los refugiados. Hace unos meses, las expectativas electorales de los populistas y euroescépticos de extrema derecha o de extrema izquierda parecían poner en peligro las posibilidades de que Merkel formase gobierno sin necesidad de depender otra vez de la gran coalición con los socialdemócratas, pero las encuestas vuelven a reducir sus proyecciones.

La teoría más extendida sobre la pérdida de apoyo de los populistas euroescépticos se refiere a los efectos devastadores para el Reino Unido de la decisión de abandonar la UE . No hay que ser un gran analista para deducir que el mero anuncio del inicio del proceso de divorcio ha provocado semejante ola de desorden y confusión en el Reino Unido que muchos ciudadanos de otros países han aprendido a apreciar los beneficios de la UE. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker , piensa que el apego al proyecto europeo necesita ser cultivado con resultados concretos y que la salida de la crisis es lo que más va a ayudar a la popularidad de las instituciones comunitarias. En los últimos meses, la Comisión ha reforzado sobre todo su actividad en propuestas que hacen hincapié en la dimensión social de Europa , para cimentar la percepción de los beneficios que puede aportar la UE a las capas de población que se sienten más seducidas por el populismo.

Pero el principal factor parece haber sido el Brexit. Un estudio de opinión encargado por el grupo parlamentario popular en la Eurocámara arrojó un resultado muy revelador: el 78% de los encuestados en nueve países (España, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Holanda, Polonia, Rumanía y Suecia) dijeron estar más preocupados por que el resultado del proceso sea proteger los beneficios de seguir en la UE. España es uno de los países donde esa proporción es más alta (89%), pero incluso en Alemania (80%) están por encima de la media. Cuando el 92% de los encuestados en esos países cree que lo esencial de las negociaciones debe ser proteger la economía de los que se quedan significa que existe un interés casi unánime para seguir en la Unión.

Onda expansiva de Macron

También es cierto que los resultados electorales crean cierta tendencia . Probablemente nada sería igual si en el Palacio del Elíseo residiera ahora Marine Le Pen en lugar de Emmanuel Macron o si en diciembre en la repetición de las elecciones presidenciales en Austria no se hubiera confirmado la victoria de Alexander Van der Bellen . En Francia, la onda expansiva de la elección de un presidente forma además una corriente de simpatía y adhesiones que se confirmará hoy en las legislativas y que terminará de certificar la derrota de los nacional-populistas del FN. Igual se puede decir de Holanda. Casi nadie piensa ahora que el país lleva sin gobierno desde las elecciones de marzo porque no ha sido posible formar una mayoría con los resultados. Pero el factor más relevante es que el partido islamófobo y antiinmigración de Geert Wilders (VVD) no fue el más votado y las previsiones más catastrofistas de las encuestas no se cumplieron ni de lejos.

Es posible que viendo las barbas de los vecinos los electores estén empezando a abandonar los cantos de sirena populistas. En España, Podemos pierde fuerza de forma constante , en Grecia Syriza no es ya el partido que atrae a las masas y su líder, Alexis Tsipras , busca un camino para ser admitido en la familia socialdemócrata . Probablemente haya elecciones en Italia este otoño, puede que antes de las alemanas, y habrá que ver qué pasa con el Movimiento Cinco Estrellas.

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