El polvorín turco salta por los aires
A la relación de Erdogan con los militares,siempre traumática, se han sumado otros problemas
Fundador en 2001 del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Tayip Erdogan lleva en el poder en Turquía de modo ininterrumpido desde 2003, primero como jefe de gobierno y luego como presidente. Es el líder indiscutible del país desde hace más de una década, y durante este periodo nadie ha podido poner seriamente en duda sus credenciales democráticas. La mayoría de los electores, los de la Turquía profunda, le han votado de modo entusiasta. Los partidos laicos –herederos del estado secular de Ataturk que todavía consta sobre el papel de la Constitución– suman aproximadamente la mitad de los votos, pero su división atornilla en el poder a Erdogan. Sin embargo, el país ha sumado durante este periplo de gobierno islamista un largo catálogo de problemas. Estos son algunos de ellos:
El flagelo del terrorismo
La inestabilidad y la violencia se han recrudecido en Turquía durante los últimos meses. Algunas zonas del sudeste se mantienen, prácticamente, como zonas de guerra, mientras que las dos principales ciudades, Estambul y Ankara, han sufrido en los últimos meses sangrientos ataques terroristas cometidos por yihadistas y por terroristas kurdos. La relación de Erdogan con la minoría kurda se ha envenenado, y el doble juego con los islamistas de Daesh y Al Qaida ha acabado estallándole en la mano.
Malestar en los cuarteles
Desde su llegada al poder, Erdogan ha tratado por todos los medios de reducir el papel de los generales . Docenas han sido juzgados por el Caso Ergenekon. El pretexto de la negociación con la UE sirvió en ocasiones para reducir presupuestos y competencias. El estamento militar –laicista y prooccidental sin fisuras– nunca ha ocultado su malestar hacia el AKP.
El «factor Gülen»
Promotor de un islam moderado, el imán Fetulá Gülen –hoy exiliado en Estados Unidos– dirige una vasta red de escuelas, oenegés, empresas y medios en Turquía. Le declaró la guerra en diciembre de 2013, convencido de que estaba detrás de las investigaciones anticorrupción contra su Gobierno y algunos familiares.
Economía en caída libre
Los atentados terroristas han provocado los peores resultados en la industria turística desde 1999.
Asedio a la prensa libre
Por su carácter autoritario y su estilo abrasivo, Erdogan nunca tuvo buena prensa fuera de Turquía . En casa, él se ha ocupado de que ese proceso no se repita con el procedimiento de perseguir en los tribunales a los periodistas críticos. Más de una docena de informadores están en la cárcel. Desde su llegada al poder en 2002, Erdogan ha procurado asfixiar a medios críticos, o pasar su propiedad a empresarios afines al partido.
Suspenso en derechos
Todos los informes sobre derechos humanos, tanto de la CE como de los organismos internacionales, denuncian la situación indigente de Turquía en materia de protección de minorías, independencia judicial y libertad de reunión.
Aislamiento internacional
Erdogan ha logrado enemistarse con Rusia (derribo de un avión), la Unión Europea, Israel, e incluso con el tradicional aliado norteamericano, por el apoyo de EE.UU. a los kurdos de Siria.
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