Después de once días de cerco, la Policía ha entrado por fin este jueves en la Universidad Politécnica de Hong Kong, donde se libró la batalla campal más feroz desde que empezaron en junio las protestas reclamando democracia al régimen chino. En su interior, adonde había accedido de madrugada el corresponsal de ABC, los agentes se han encontrado un polvorín con 600 cócteles molotov y garrafas de líquidos inflamables robadas de los laboratorios, que han empezado a retirar. En medio de restos de la batalla, pintadas y basura por todas partes que ya despide un olor nauseabundo, el laberíntico campus de la Politécnica parece el escenario de un apocalipsis zombi en el que todavía se ocultan algunos manifestantes