Polonia reabre el debate sobre el papel de espía de Lech Walesa
«Esos pequeños personajes desentierran incluso el cadáver de Kiszczak para luchar contra mí. No pueden cambiar los hechos con sus mentiras, sus calumnias y sus papeles falsos», se ha defendido el político desde Estados Unidos
Junto a Juan Pablo II, Lech Walesa protagonizó la resistencia y la victoria de la sociedad civil polaca contra el régimen comunista . Su figura, sin embargo, es crecientemente cuestionada en Polonia y, coincidiendo con la llegada al poder del partido populista Ley y Justicia (PiS), aparecen nuevos documentos que reavivan las sospechas sobre su colaboración con el gobierno de Wojciech Jaruzelski. El último hallazgo, en posesión del I nstituto Nacional de la Memoria polaco , es una transcripción de conversaciones mantenidas por el colaborador secreto denominado con el alias «Bolek» con el número dos del gobierno, el general Czeslaw Kiszczak , que falleció el año pasado y a cuya viuda ha sido incautado un fajo de viejos papeles. Walesa siempre negó estas acusaciones y su entorno las atribuye al eterno enfrentamiento con la familia Kaczynski, que a día de hoy sigue controlando el PiS. «Esos pequeños personajes desentierran incluso el cadáver de Kiszczak para luchar contra mí . No pueden cambiar los hechos con sus mentiras, sus calumnias y sus papeles falsos», ha dicho Walesa en su blog desde EE.UU..
Confidente de la Policía
Lo que ha sido probado hasta ahora con documentos es que Walesa fue confidente de la Policía en su juventud, pero hay razones para pensar que fue forzado a hacerlo , como muchos otros polacos. Todo el que tenía un puesto significativo estaba vigilado y se veía de una u otra forma en la obligación de pasar información a la policía secreta. «Si hay una literatura revisionista que trata de ensuciar conscientemente esta figura es porque hay intereses detrás de ella», denuncia el director de cine polaco, ganador de un Óscar y autor de una película sobre el líder de Solidaridad, Andrzej Wajda , que apunta que «es justo reconocer su capital importancia en el proceso de transición, como interlocutor de la oposición en la Mesa Redonda, y su liderazgo en las huelgas de los ochenta, que llevaron a la primera legalización de un sindicato libre y ajeno al Partido Comunista, un hito sin precedentes en toda la historia del Telón de Acero».
Pese a que Walesa es reconocido en el extranjero por su valiente liderazgo del primer sindicato independiente y dentro de Polonia por su encarcelamiento, su figura se convierte en polémica a raíz de su papel como primer presidente de la Polonia poscomunista, cargo desde el que se ganó perseverantes enemigos. Los principales opositores de los años del comunismo, como Gwiazda, Wasilewska y Kaczynski, denunciaron desde el principio las maniobras de Walesa, por lo cual fueron apartados de la vida pública durante el tiempo de su presidencia. La vista simplificada que de la transición se obtuvo desde las potencias occidentales encumbró a Walesa como única cara visible de la democracia y solamente después de haber sido sobreseídas en 2000 las acusaciones ante la justicia de colaboración con la policía secreta comunista, la SB, el propio Walesa reconoció públicamente que había firmado «unos papeles» después de una de sus detenciones en calidad de obrero opositor al régimen.
Alias «Bolek»
El Instituto de la Memoria Nacional de Polonia ha editado un libro que publica copias de documentos de colaboración de un agente de la SB, en activo durante los años setenta con el nombre clave de «Bolek» y al que los historiadores Slawomir Cenckiewicz y Piotr Gontarczyk identificaban con Walesa. Según esos documentos, el 29 de diciembre de 1970 Walesa habría comenzado su colaboración con el SB bajo el alias «Bolek» y habría realizado hasta 20 denuncias sobre las actividades de los huelguistas de Gdansk, el lugar en el que comenzó la rebelión obrera contra el comunismo polaco.
Ha sido probado que Walesa pidió prestados todos los documentos de los archivos de la SB referentes al agente «Bolek» en la época en que era presidente de la República, de 1991 a 1995, y que nunca los devolvió, a pesar de las demandas ulteriores de la institución.
Como presidente de Polonia, Lech Kaczynski apoyó personalmente las investigaciones en esta dirección y reprochó públicamente a Walesa haber sido «garante de los intereses del peor sector de la nomenklatura». Como reacción a estas acusaciones, Walesa presentó una demanda por difamación en 2009 contra Kaczynski , pero la retiró después de su muerte en accidente de avión, en abril de 2010. En 2000, un tribunal especial lo absolvió de cualquier colaboración con el SB y en enero pasado propuso un debate público para defender su reputación frente a sus detractores que no llegó a celebrarse.