La política de «disparar a matar» del presidente filipino se cobra 30 muertos en la primera semana
Rodrigo Duterte, investido el pasado 30 de junio, aboga por un plan de recompensas para acabar con los señores de la droga, así como por el regreso de la pena de muerte
Apenas ha bastado una semana para vislumbrar los cimientos donde comienza a edificarse la nueva Administración Rodrigo Duterte en Filipinas. Según ha reconocido el propio Gobierno de Manila, desde la investidura del mandatario el pasado 30 de junio, al menos una treintena de presuntos narcotraficantes han fallecido en diversos enfrentamientos con las fuerzas armadas .
Ya el pasado domingo, cinco presuntos criminales perdían la vida en una balacera en un asentamiento cercano al palacio presidencial, anunciaba el jefe policial de la región de Manila, Oscar Albayalde . Mientras, otras tres personas fallecían ese mismo día en otro tiroteo en la capital, así como 22 más en cuatro refriegas en diferentes partes del país.
Convertida en una de sus principales promesas de campaña, Duterte aboga por un plan de recompensas para acabar con los señores de la droga , así como por el regreso de la pena de muerte.
«Si te resistes, muestras resistencia violenta, mi orden a la Policía será disparar a matar. Disparar a matar contra el crimen organizado. ¿Habéis oído esto? Disparar a matar contra el crimen organizado» , había aseverado tras conocer su victoria.
«Voy a pedir al Congreso la vuelta de las ejecuciones por ahorcamiento», anunciaba el dirigente en rueda de prensa en su confirmación como mandatario, con su intención de reintroducir la pena capital en el país asiático (abolida en 2006).
Las futuras medidas han dividido Filipinas, donde más del 85% de la población profesa el cristianismo. «Estamos en contra de la pena de muerte y los escuadrones de la muerte», asegura a ABC Ramón Cabrera Argüelles , arzobispo de la ciudad de Lipa, en la isla de Luzón.
«Si el Gobierno (de Manila) retoma la pena de muerte estará violando la ley internacional» , asevera, por su parte, Jose Manuel I. Diokno, decano de la facultad de derecho de la universidad De La Salle y presidente del Grupo de Asistencia Legal Gratuita (FLAG).
960 euros por criminal muerto
Y el «estilo Duterte» parece contagiarse. Tomás Osmeña , alcalde electo de la ciudad de Cebú, en el archipiélago filipino de las Bisayas, por ejemplo, ha asegurado que pagará 50.000 pesos (cerca de 960 euros) a cada Policía por criminal muerto, así como otros 5.000 pesos por delincuente herido.
« Si matas a un criminal en el cumplimiento del deber, (serás recompensado) . Sin hacer preguntas», asevera Osmeña. «Estoy ahí para ayudar a la policía, no para enjuiciar. Mi propósito es infundir miedo en los criminales», añadía.
Solo unos días después de estas palabras, el político anunciaba la entrega de una recompensa a miembros de la policía local, tras la muerte del traficante Rowen «Yawa» Secretaria y dos de sus compinches, John Jason Montes y Dario Torremocha , durante una redada.
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