Detienen al sospechoso del tiroteo de Brooklyn y le acusan de acto terrorista
Las autoridades, que habían pedido la cooperación ciudadana, ofrecían 50.000 dólares de recompensa por toda información que lleve a su detención
Un tiroteo en el metro de Nueva York deja al menos 23 heridos
Frank James , el sospechoso de efectuar el tiroteo en un vagón de metro que circulaba por Brooklyn este martes, fue durante 30 horas el hombre más buscado de EE.UU. Su cacería acabó ayer por la tarde en un lugar sorprendente: la calle St. Marks, el centro neurálgico del East Village, uno de los barrios más animados de la Gran Manzana. La calle fue durante décadas un paseo para la fauna ‘underground’ neoyorquina: punks, hippies, artistas, chulos, drogadictos, curiosos y despistados. Hace mucho que se rehabilitó y ahora es un barrio caro, pero no ha perdido el bullicio, plagado de bares, restaurantes y terrazas.
Quizá James, de 62 años , pensó que se sospecharía menos su presencia en un lugar como este, pero lo cierto es que el East Village está lleno de ojos. Dos de ellos le reconocieron en un McDonald’s y avisaron a la policía.
Para cuando los agentes llegaron al local, James ya no estaba allí. Pero le encontraron a dos manzanas en la esquina de St. Marks con la Primera Avenida. En cuanto iniciaron el arresto, ya había muchos testigos con su mano en el móvil para grabar el momento. James -camiseta azul, pantalón oscuro, gorra plana y andar dificultoso- no opuso resistencia.
«Lo tenemos», celebró poco después el alcalde de la ciudad, Eric Adams. El cerco se había estrechado mucho sobre el sospechoso. La policía tenía ya una idea de qué pasos había dado en la mañana del martes. Aparcó una furgoneta de alquiler cerca de una estación de metro del sur de Brooklyn y tomó un tren en dirección a Manhattan. Pocas paradas después, antes de llegar a la de la calle 35, se puso una máscara de gas, tiró una bomba de humo y disparó contra el resto de pasajeros de su vagón. Dejó diez heridos por bala y al menos una docena más por inhalación de humo y accidentes en la huida. Todo indica que el arma se encasquilló, y eso evitó una matanza. Se encontraron tres cargadores de alta capacidad en la estación, además de petardos, un hacha y la llave de la furgoneta (la pista que le conectó con el crimen).
En la confusión de los segundos posteriores al tiroteo, se subió, como otros de los pasajeros, al tren que estaba en el otro lado del andén. Las cámaras le capturaron saliendo de la siguiente estación, en la calle 25. Poco después, entrando en otra estación de Park Slope , también en Brooklyn. No está claro por qué ayer tomó como destino -que sería final en su fuga- el East Village.
Tampoco se conocen sus motivaciones exactas para el tiroteo. James tiene un historial amplio de detenciones por delitos menores y en los últimos años había sido prolífico en diatribas compartidas en YouTube, muchas de corte racial . En un vídeo compartido solo dos días antes del tiroteo, Adams defendió que la minoría negra se ve abocada a la violencia por el racismo: «Eso es lo que esas putas blancas y eso cabrones blancos esperan de ti. Cuando les revientas uno de sus jodidos cerebros, es lo que me pedías, eso es lo que querías de mí, claramente».
Lo que sí se sabe es que James se enfrentará a cargos por acto terrorista en un centro de transporte público, según informó la fiscalía. Hoy se presentará ante el juez que instruirá su caso y podría acabar con una pena de cadena perpetua.