May pide el apoyo de los británicos para salvar el acuerdo del Brexit firmado por los Veintisiete

Los europeos advierten de que el Tratado de Retirada es definitvo y no hay posibilidades de renegociarlo si no lo ratifica el Parlamento de Westminster

La primera ministra británica, Theresa May, este domingo en Bruselas Afp

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El de este domingo fue un acuerdo para no celebrar. Todos los miembros del Consejo Europeo dijeron haber aprobado con tristeza el Tratado de Retirada del Reino Unido, salvo la primera ministra británica Theresa May que sorprendió cuando dijo que ella se sentía «llena de optimismo» ante la «nueva etapa» que se abre para su país, fuera de la Unión Europea. El Consejo Europeo más rápido de la historia, de menos de una hora, sirvió para fijar el contenido del acuerdo por el que Reino Unido abandonará la Unión y que aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo, sobre lo que no hay ninguna duda, y el Parlamento Británico, en cuyo caso no hay ninguna certeza.

Es más, la primera ministra sabe que a día de hoy no tiene los votos necesarios para lograrlo y ayer también dijo que su principal dedicación será intentarlo. «Estoy centrada -dijo- en la defensa de este acuerdo porque si la gente piensa que se puede hacer otra negociación ha de saber que eso no es posible». Todos los países importantes, España incluida, han dado a entender más o menos abiertamente que tienen planes de contingencia para una salida sin acuerdo ante la incertidumbre que plantea la política británica.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker , insistió por su parte en que este es «el mejor tratado y el único posible» porque no existe ninguna opción de retocarlo. Para los europeos, sería el plato de lentejas en el que consideran que han obtenido satisfacción en todos los aspectos que se plantearon al principio: la preservación de los derechos de los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido, la garantía de que no se levantará una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda y la certeza de que el Reino Unido seguirá cumpliendo con sus obligaciones financieras. Y se mantiene también el principio de que ninguna consecuencia de las relaciones futuras puede perjudicar al mercado interior y romper la unidad de las cuatro libertades, la libre circulación de personas, de mercancías, de servicios y de capitales.

Objetivos cumplidos

May dijo que había logrado las suyas, que son el recuperar el control de sus fronteras, de sus aguas territoriales para la pesca, y sacar a sus agricultores de la Política Agrícola Común y a todos los ciudadanos del ámbito de jurisdicción del Tribunal Europeo de Luxemburgo, que ha sido desde siempre una institución insoportable para Londres. Y eso a pesar de que hoy mismo está previsto que se pronuncie sobre una demanda interpuesta por un grupo de ciudadanos británicos residentes en la UE que piden que se anulen todas las decisiones del Consejo Europeo sobre el Brexit porque no pudieron votar en el referéndum y temen perder su condición de ciudadanos europeos. Muy probablemente será rechazada.

Unos y otros prevén que en el futuro serán capaces de construir un ámbito de cooperación en materia de seguridad, que en ciertos aspectos extrañamente son más ambiciosos que los que el Reino Unido había aceptado a disgusto siendo miembro de pleno derecho. Los Veintisiete han acordado también conceder al Reino Unido un periodo transitorio en el que mantendrá su condición de miembro -sin derecho a voto- hasta el 31 de diciembre de 2020 y que puede prolongarse dos años más.

Todos saben que la mentira o la propaganda falsa ha sido una constante en todo el proceso. Como dijo el presidente fracés, Emmanuel Macron, «los que les dijeron que les permitiría ahorrar unos cientos de millones de libras, les mintieron»y al contrario «el coste para el Reino Unido es enorme», por no hablar de la división en la que se ha sumido la sociedad británica. Macron pidió «no especular» sobre la evolución del proceso en el trámite del Parlamento británico, aunque Francia se prepara para «todos los escenarios», incluido el de una salida sin acuerdo.«Es un día histórico que me provoca sentimientos muy ambivalentes. Es una pena que Reino Unido salga de la UE después de 45 años, pero evidentemente tenemos que respetar lo que votó el pueblo británico», dijo la canciller alemana Angela Merkel , para quien «es bueno que hayamos podido alcanzar un pacto para el acuerdo de retirada y una declaración política sobre las relaciones de futuro con Reino Unido», en comparación a lo que significaría una salida sin una base legal.

En cuanto a la posibilidad de que el acuerdo no llegue a ser ratificado en el Parlamento británico, Merkel cree que «es una pregunta a la que no puedo responder. Nos hemos comprometido a hacer algo en una situación muy difícil y creo que Theresa May, como primera ministra británica, hará todo lo que pueda para cumplir con su parte».Sabiendo que no cuenta con apoyos suficientes en el Parlamento, May apeló ayer a la sociedad británica para que le ayuden a convencer a los diputados díscolos. La idea de la primera ministra ahora que ya tiene el consenso de los Veintisiete es hacer que este tratado se plantee como la única alternativa al desorden que supondría una retirada sin acuerdo, o la manera de evitar una posible victoria de los laboristas si esto conduce a la celebración de elecciones anticipadas.

Es tal la incertidumbre que mientras en Bruselas se estaba formalizando la firma del Tratado, el «Daily Telegraph», de línea favorable al Brexit, publicaba una información en la que aseguraba que en Londres ya hay un « plan b » para superar el previsible bloqueo parlamentario, con una fórmula provisional que pondría a Reino Unido en un modelo similar al de Noruega por un periodo provisional, hasta que la situación política se clarifique.Otros opinan que a los diplutados se les debería proponer varias opciones y no solamente aceptar o rechazar el tratado, sin excluir la posibilidad de una nueva votación. Ayer, sin embargo, May volvió a rechazarlo diciendo que «un segundo referéndum no puede ser y los diputados deben votar sobre el acuerdo tal como está». Lo que no ha querido desvelar es qué hará en el caso de que el tratado no sea aprobado en el Parlamento, si dimitirá y convocará elecciones o si intentará seguir resistiendo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación