El peronismo pierde la provincia de Buenos Aires por primera vez en 28 años
La liberal María Eugenia Vidal, del partido de Macri, nueva gobernadora
El periodista Jorge Lanata, azote de la corrupción de los doce años del kirchnerismo en el poder, ilustró la batalla por la provincia de Buenos Aires como la lucha «entre Heidi y los Soprano». La campesina inocente sería María Eugenia Vidal (Cambiemos) y Toni, el padrino de los Soprano, Aníbal Fernández , actual jefe de Gabinete de Kirchner, gran derrotado y acusado por un par de arrepentidos de ser parte de una red de narcotráfico de efedrina, sustancia para elaborar drogas de diseño.
El resultado de las elecciones, 39,5% a favor de la joven mujer de rostro virginal y 35,1% para el hombre conocido como «la morsa» (por sus bigotes) en el mundo del hampa, rompió el dominio histórico de 28 años de peronismo en la mayor provincia de Argentina, motor del país y lugar de votación del 38% del padrón . Y consagró por primera vez en la historia a una mujer en la Gobernación que, con dulzura, demostró que también sabe enseñar los dientes: «Hay que empezar a dialogar cuanto antes para hacer una transición ordenada que ponga como prioridad a los vecinos». El mensaje era para Daniel Scioli, todavía gobernador en ejercicio y competidor por la presidencia el 22 de noviembre con «el hombre que siempre confió en mi», como se refirió Vidal a Mauricio Macri (Cambiemos).
«Fuego amigo»
Aníbal Fernández justificó el batacazo porque «hubo traiciones de otros dirigentes… Acá hubo fuego amigo». Las balas apuntaban a Julián Domínguez , titular de la Cámara de Diputados y peronista al que derrotó en las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) en un proceso en el que su compañero de filas intuyó que hubo una mano negra en urnas poco cristalinas.
En simultáneo, Fernández puso en la mira a Lanata, reconoció que los últimos meses se preguntaba «qué impacto podía tener el daño que me habían hecho Canal 13 y Jorge Lanata». El «daño» fue difundir las declaraciones e imágenes de un par de arrepentidos que le identificaron como el hombre clave en la red de envíos ilegales de efedrina a México y lo vincularon con la muerte de tres hombres que trabajaban para el narco.
Después de 28 años, el peronismo, por primera vez, perdió el control de Buenos Aires. La derrota, a manos de María Eugenia Vidal, tiene una dimensión más allá de lo imaginable. Corrupción, delincuencia, crimen organizado y miseria campan a sus anchas en un territorio del tamaño de Italia. «Hicimos posible lo imposible», dijo Vidal, en referencia a que la provincia, históricamente, era feudo inexpugnable para cualquier político, hombre o mujer, que no se «encolumnara» detrás del peronismo. Vidal sabía que «estamos haciendo historia» también que los votos de la provincia ponen y quitan presidentes. «Se que su mensaje es de diálogo, no de soberbia, de estar cerca, de trabajar mucho. Le voy a poner cuerpo y alma para que tengan la vida que se merecen. No voy a parar hasta que cada uno de los vecinos de esta provincia viva mejor», entusiasmó.
La euforia, merecida, de la ex ministra de Desarrollo Social de la ciudad de Buenos Aires y actual vicejefa de Gobierno de la capital hasta el 10 de diciembre, se tradujo ayer en instrucciones concretas a Daniel Scioli, gobernador en ejercicio. “La provincia no ha votado todavía su presupuesto 2016. Es importante que lo trabajemos juntos”, advirtió. Dicho esto, de Heidi parece que tiene poco.
, de estar cerca, de trabajar mucho. Le voy a poner cuerpo y alma para que tengan la vida que se merecen. No voy a parar hasta que cada uno de los vecinos de esta provincia viva mejor”, entusiasmó.
La euforia, merecida, de la ex ministra de Desarrollo Social de la ciudad de Buenos Aires y actual vicejefa de Gobierno de la capital hasta el 10 de diciembre, se tradujo ayer en instrucciones concretas a Daniel Scioli, Gobernador en ejercicio. “La provincia no ha votado todavía su presupuesto 2016. Es importante que lo trabajemos juntos”, advirtió. Dicho esto, de Heidi parece que tiene poco.