EE.UU. cree que Daesh puede atacar desde Afganistán en seis meses
El Pentágono carece de bases aéreas en países vecinos tras el repliegue de tropas
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El Pentágono está convencido que la filial del Estado Islámico en Afganistán podría rearmarse aprovechando los vacíos de poder en ese país y perpetrar atentados fuera de sus fronteras en apenas seis meses, si Estados Unidos no hace nada para remediarlo. Se trata de la admisión de una creciente amenaza agravada por la salida este verano de las tropas estadounidenses de ese país tras dos décadas de misión armada.
Uno de los factores clave para la inteligencia militar norteamericana es que el Estado Islámico en Afganistán es enemigo jurado de los talibanes , que han tomado el poder, y rival de Al Qaida . Por eso, los mandos uniformados que testificaron el martes en una comisión del Senado dijeron que de momento el Estado Islámico, o Daesh, está centrado en «crear el caos» en Afganistán .
Según dijo en su comparecencia Colin Kahl, subsecretario de Defensa, «es nuestra opinión que los talibanes y el Estado Islámico Jorasán [nombre dado a esa filial en la zona] son enemigos mortales. Aquí que los talibanes están motivados para perseguir al Estado Islámico. La posibilidad de que lleguen a lograrlo, creo, aun no es segura».
La inteligencia militar estadounidense está convencida de que el Estado Islámico, casi destruido en Irak y Siria, puede resurgir en Afganistán tras la salida de las tropas aliadas, y perpetrar ataques contra Occidente en un periodo de entre seis y 12 meses. A Al Qaida, más debilitada aún, puede tomarle entre uno y dos años, si es que la guerra entre ambas facciones no altera esas estimaciones.
Este último grupo terrorista ya planificó los atentadas terroristas del 11-S desde Afganistán, algo que precipitó la misión armada de EE.UU. y sus aliados que primero depuso a los talibanes y después se prolongó casi dos décadas. Cuando EE.UU. mató a su líder, Osama bin Laden , fue en Pakistán.
La Administración Biden defiende que tiene el equipamiento necesario para diezmar a esos grupos terroristas utilizando únicamente ataques aéreos, en su mayoría con drones o aviones no tripulados. El gran problema desde el punto de vista de Washington, que preocupa especialmente a los senadores que convocaron a los funcionarios del Pentágono, es que EE.UU. ha dejado de tener bases aéreas en Afganistán o en sus países vecinos, lo que dificulta controlar los nuevos brotes de yihadismo.
El subsecretario Kahl reveló que está habiendo contactos bastante avanzados con Uzbekistán y Tayikistán para abrir bases americanas o de uso compartido en ambos países, pero de momento no hay acuerdo alguno que anunciar. Lo más cerca que están los aviones de EE.UU. es en las bases de Catar o Bahrein, ambas a unos 2.000 kilómetros de distancia de Kabul.
Ataques con drones
Ya durante la presidencia de Barack Obama , de la que Biden fue vicepresidente, EE.UU. intensificó los ataques con drones en países en los que no tenía tropas sobre el terreno, especialmente en Yemen, donde destruyó a la filial local de Al Qaida, encabezada por el clérigo Anuar el Aulaki, quien en 2011 murió en un ataque con esos mismos aviones no tripulados. Donald Trump mantuvo esa táctica, que ahora hereda y refuerza Biden.
La apresurada retirada de tropas ordenada de Joe Biden ha sido, desde el punto de vista estadounidense, un fracaso, y ha hecho desplomarse su popularidad, sobre todo después de que un ataque contra la evacuación en agosto matara a más de 60 civiles afganos y 13 uniformados estadounidenses.
Biden ha defendido que los generales le aconsejaron consumar la evacuación de este modo, y le respaldaron en su decisión de no dejar unos cientos de uniformados sobre el terreno para labores de supervisión y entrenamiento.
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