Pedro Rodríguez - De Lejos
Validez inversa
¿Qué importa que la propuesta final de Johnson pueda resultar inviable, inaceptable e ilegal?
Tanto en Londres como en Washington D.C. impera la llamada teoría de la validez inversa. Esta sublimación del nacional-populismo se basa en un desconcertante doble principio: las cosas que son verdaderas son falsas y las cosas falsas son verdaderas. A pesar de su trasfondo tan engañoso, de esta forma tan confusa se podría resumir la versión atlántica de la posverdad. O como mantiene la propaganda de Putin: nada es verdad y todo es posible.
Boris Johnson, tras perder lo poco que restaba de su credibilidad política intentando esquivar el sistema británico de checks & balances, ha presentado su última y definitiva oferta «o lo tomas o lo dejas» para lograr un Brexit negociado. Y siguiendo con la contumaz aplicación de la teoría de la validez inversa, muy poco importa que lo planteado pueda resultar inviable, inaceptable e ilegal.
Johnson, que ya no cuenta con una mayoría de gobierno en la Cámara de los Comunes, ha planteado «dos fronteras para cuatro años». Según este nuevo plan, el Reino Unido abandona la Unión Europea el 31 de octubre con un periodo de transición como originalmente se había previsto hasta finales de diciembre del 2020.
La cuestión clave de la frontera irlandesa se intentaría resolver con una provisión especial para Irlanda del Norte, que se mantendría alineada con la UE hasta 2025 pero saliendo de la unión aduanera con el resto del Reino Unido. A finales de 2025, Irlanda del Norte junto con la República de Irlanda tendrían que decidir su nivel de armonización reglamentaria a través de una «cerradura bilateral» entre Belfast y Dublín.
En la práctica, la ocurrencia de Boris implicaría resucitar controles aduaneros en lo que ahora es una frontera invisible. Esto supondría para el Reino Unido renegar de su propia Ley de Retirada de 2018 que prohíbe específicamente «acuerdos fronterizos entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda después del día de salida que incluyan infraestructuras físicas, incluidos los puestos fronterizos, o controles y verificaciones, que no existían antes del día de salida».