Los partidos tradicionales, abocados a reinventarse

La política francesa ha dado un vuelco radical. La elección de Emmanuel Macron como presidente el pasado domingo ha confirmado el colapso del bipartidismo y las formaciones de distinto signo ya se preparan para unos nuevos comicios

La irrupción de Macron ha hecho saltar el sistema político francés REUTERS
F.J. Calero

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Marine Le Pen deberá afrontar críticas internas por los resultados AFP

Fisuras tras la decepción

Desde el momento en que Marine Le Pen reconoció su derrota, el Frente Nacional ha pasado de la decepción de esperar más del 40% de los votos y quedarse por debajo del 35% a tratar de convencer a los franceses de que lo suyo ha sido una victoria. Pese al emocionado «Gracias Marine» y el silencio de los seguidores frentistas en la velada electoral, la líder ultraderechista se lanzó a bailar la famosísima canción del YMCA, de los Village People.

«No, no ha sido una gran derrota, sino una pequeña victoria : hemos conseguido 11 millones de votos pese a que toda la fuerza del sistema ha ido contra nosotros», dijo a los medios el alcalde frontista de Hénin-Beaumont, Steeve Briois, una de las figuras del partido, al término de la noche electoral. Ante quienes ya coquetean con la rebelión interna, alineados en la línea identitaria y tradicional del partido, Briois aseguró el domingo que las elecciones legislativas del 11-18 de junio son la prioridad número uno, y que después tendrá lugar una «refundación del FN» para llegar a unas mayorías más amplias.

«Es posible que cambie hasta el nombre del partido», agregó. Los grandes cambios en el seno de la formación se esperan para finales de 2017 y principios de 2018, con un congreso que ya anuncian los altos mandos frentistas.

Pero las críticas internas van más allá del espíritu victorioso de los portavoces del Frente Nacional. « No seguiré defendiendo unas ideas en las que no creo» , aseguró un diputado del sur de Francia, según recogió ayer el diario «Le Monde» en su edición especial. «La línea identitaria tiene un momento ideal para volver. Si se produce otro gran atentado, los caciques clásicos presionarán aún más a la vertiente social liderada por Florian Philippot, vicepresidente. Los caciques clásicos van a ir a por él, que además es un homosexual declarado, algo que no toleran.

Viraje disimulado

«Todo este cambio de rumbo, antiárabe y antiinmigración, lo disfrazarán de laicismo extremo», comenta el analista de la cadena francesa CNews Harold Hyman, al tiempo que la sobrina de Marine Le Pen aparece por televisión. «Mira, justo aparece ella. Tendrá mucho que decir a partir de ahora», bromea. Maréchal-Le Pen se ha mostrado decepcionada, pidiendo una reflexión sobre los resultados. « Sería deshonesto negar que estamos un poco decepcionados» , afirmó a la cadena France2.

Marine Le Pen ganó el domingo 45 de las 577 circunscripciones electorales, por lo que en el partido esperan superar los cuarenta diputados (de 577 en total) para la Asamblea Nacional , de los dos que consiguieron en 2012. En esta nueva legislatura, estima Hyman, el FN tratará ganarse el favor del partido de Jean-Luc Mélenchon para promover una reforma del sistema electoral, que fija distritos uninominales con un sistema mayoritario.

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François Fillon, malogrado candidato del centroderecha francés EFE

Carrera contrarreloj para batir a la extrema derecha

Los Republicanos (LR) han pasado en cuestión de horas del silencio tras la primer vuelta a buscar la revancha en las legislativas. En el seno de los conservadores el mensaje es claro: n o hay tiempo que perder . Con el fiasco de hace dos semanas, en el que su candidato, François Fillon, se quedó a menos de dos puntos de Marine Le Pen, en el partido se han lanzado ahora a por la mayoría en la Asamblea. Pero lejos de la unidad, el renqueante LR ha mostrado en muy poco tiempo todas las fisuras que pueden llevar a la formación conservadora a seguir la senda autodestructiva del Partido Socialista .

La duda de si trabajar codo con codo con Macron amenaza con fracturar aún más a los Republicanos de cara a las legislativas, «la madre de todas las batallas» , como expresó ayer en France 2 el jefe de filas del partido para esta elección, François Baroin. Según los primeros sondeos, Los Republicanos se convertirían en la segunda fuerza del hemiciclo con el 22% de los votos con un solo punto de ventaja sobre el Frente Nacional. Tras ellos, la izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon, con 15% de los escaños, y por último, los socialistas, que rozarían el 9%.

Guiños a Macron

Entre los que ya han tendido la mano al flamante presidente está Bruno Le Maire, antiguo candidato en las primarias republicanas. Desde el domingo, Le Maire ha multiplicado sus declaraciones para acercarse a la «¡República en marcha!» , el nuevo nombre del partido de Macron de cara a las elecciones de junio. «¿Qué esperamos para trabajar juntos? Entre una lógica partidista y una lógica de interés general, mi elección está clara desde hace tiempo», expresó horas después de conocerse los resultados, pidiendo un sistema de reformas «necesarias desde hace veinte años» para modernizar el país.

Estas palabras han encolerizado a varios de los altos mandos republicanos. «Me ha pillado por sorpresa que personalidades en la noche de la segunda vuelta se hayan posicionado de esta forma», ha expresado la diputada conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet, en alusión a palabras como las de Le Maire. «Si Bruno Le Maire, o cualquier otro candidato, entra en el gobierno y se postula como candidato a las legislativas nos tendrá a todos en su contra», aseguró Baroin.

Desde la plana mayor de Los Republicanos dicen no querer dejar solo a Macron frente a Le Pen . La línea que seguirá este partido puede ser clave ante la radicalización de la oposición a la que habrá de hacer frente el nuevo presidente y la presumible victoria en las legislativas de su partido.

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Los socialistas galos deberán reponerse pronto de la pesada herencia del quinquenio de Hollande AFP

La agonía de una organización que teme desintegrarse

La desintegración total del Partido Socialista (PS) es cuestión de tiempo. Sin ni siquiera motivaciones a la vista, más allá de llegar al 9% en las legislativas de junio, el histórico PS se ha fracturado tanto o más que Francia en los últimos años. En su seno conviven ahora los que quieren ser fagocitados por «La República en Marcha» , del nuevo presidente Macron, los que aún sueñan con poder curar a un enfermo casi terminal para una oposición fuerte y los que prefieren una solución a medio camino.

Hollande y todos los miembros de su gobierno aplaudieron con entusiasmo la victoria de Macron. «Le he transmitido todos mis deseos de éxito para nuestro país, porque el principal desafío es unir y construir para proseguir el camino de Francia hacia el progreso y la justicia social», afirmó el jefe de Estado. Aunque, según «Le Parisien», no ha podido olvidar la traición del que fuera su consejero y ministro de Economía.

Desangrado el partido por la fuga de apoyos a los insumisos y a los de ¡En Marcha!, quienes se quedaron y ganaron las primarias de la mano de Hamon han perdido toda esperanza de liderar la resurrección socialista. Como señaló ayer el diario «Le Monde», solo los «macron-compatibles» aparecieron en los platós de televisión en la noche electoral. Sus detractores prefirieron seguir en silencio.

Hamon pidió el domingo hacer oposición al nuevo gobierno por medio de «la unión de las izquierdas» , incluyendo a ecologistas, comunistas y a los de Mélenchon, siempre que el líder de Francia Insumisa esté dispuesto, lo que confirma que el histórico partido socialista ha perdido el liderazgo de la izquierda. Pocos dudan de que Hamon será incapaz de resucitar a una formación que agoniza.

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Mélenchon se prepara para consumar el sorpasso a los socialistas para las legislativas AFP

Mélenchon buscará la hegemonía de la izquierda

Jean-Luc Mélenchon deberá agitar de nuevo a su electorado para no repetir la decepción de 2012, cuando consiguió un gran resultado en las presidenciales, un 11%, para luego derrumbarse en las legislativas con solo diez asientos en la Asamblea Nacional.

El líder de Francia Insumisa ha hecho un llamamiento a sus 7 millones de electores (19,58%) de la primera vuelta a que los respalden en las legislativas para hacerle frente a Emmanuel Macron, «el nuevo monarca presidencial». « No estoy en absoluto aliviada con la victoria de Macron . Nadie esperaba otra cosa. Yo le he votado en esta segunda vuelta, pero que quede claro que mi papeleta en las legislativas irá para Jean-Luc Mélenchon», afirma Suzanne, simpatizante «mélenchonista» en las últimas elecciones.

El carismático líder izquierdista tratará de convertir estos comicios en una suerte de tercera vuelta con la que animar a los suyos y no caer en la autocomplacencia. Desde que se conoció la victoria de Macron, los lugartenientes de Mélenchon han ido con todo a por él. «Tenemos un presidente débil», sostiene Raquel Garrido, portavoz de Francia Insumisa, que ha resaltado que la mayoría de los votantes del nuevo presidente lo fueron «por defecto» y no por convicción.

«La abstención es enorme. Nunca hemos tenido tantos votos en blanco y nulos. Su poder es débil », tuiteó la responsable del programa del partido, Charlotte Girard, incidiendo en la misma idea.

Para las legislativas, Mélenchon tratará de consumar la destrucción del Partido Socialista y ocupar su lugar en la oposición a Macron, al que tratará de restar votos y poder en la Asamblea. Como en los últimos años, la agresividad de este portavoz del pueblo marca el camino de los insumisos.

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