El partido de Barzani aspira a repetir como la fuerza más votada en el nuevo parlamento kurdo

La imagen de los colegios electorales en el Kurdistán, sobre todo en las zonas bajo control del PUK, no tuvo nada que ver con la de hace un año

AFP

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Los kurdos de Irak acudieron a las urnas para elegir un nuevo parlamento en una jornada marcada por la baja participación. Nada más cerrarse los centros de voto las dos grandes formaciones de la región autónoma, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP), de la familia Barzani y gran favorito, y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), del clan de los Talabani, se acusaron mutuamente de fraude y el portavoz de estos últimos llegó a anunciar que «no aceptaremos los resultados», aunque posteriormente se retractó a la espera de conocer el recuento oficial que se publicará en 72 horas.

La tensión de los últimos meses entre las dos fuerzas hegemónicas y la previsible victoria del KDP llevó a analistas como Nano Abdulla , del canal Rudaw, a advertir en Al Jazeera de que «estamos ante una situación peligrosa en la que uno de los partidos se siente más fuerte y popular y, por tanto, con más legitimidad para gobernar toda la región». Desde 1998, los dos grandes partidos, que cuentan con sus respectivas milicias, respetan un acuerdo de paz y se han repartido el poder y los recursos en la región. Ahora tienen pendiente llegar a un acuerdo para elegir al próximo presidente de Irak, cargo que desde la caída de Sadam Husein está en manos kurdas y que hasta ahora ha sido ocupado por representantes de la UPK.

El activista kurdo de los derechos humanos Lawk Ghafuri recuerda que «el equilibrio político depende de estas dos fuerzas y no se puede prescindir de ninguna de ellas, aunque el KDP está más fuerte que nunca y es un actor clave en el Kurdistán y en Bagdad ». En declaraciones a este medio, Ghafuri subrayó que «el referéndum tiene un efecto directo en estas elecciones y por eso el KDP va a ganar más asientos que nunca en la cámara, porque fueron ellos quienes impulsaron la consulta y la gente es más pro independencia que nunca».

La imagen de los colegios electorales en el Kurdistán, sobre todo en las zonas bajo control del PUK, no tuvo nada que ver con la de hace un año, cuando los ciudadanos se volcaron de forma masiva para decir sí a la independencia en un referéndum organizado de forma unilateral , solo tenía el apoyo de Israel, y que les ha costado muy caro. Esta consulta provocó el enfado de Bagdad y desde entonces los kurdos se han visto obligados a ceder territorio y perdieron el control sobre la exportación de sus 550.000 barriles de petróleo diarios.

Ruptura en la PUK

Las disputas internas dentro de la PUK desde la muerte en octubre de 2017 de su histórico líder y ex presidente de Irak, Jalal Talabani, han provocado el caos interno en una formación que está en manos de la ex primera dama, Hero Ibrahim Ahmed . Masoud Barzani, líder del PDK, acusó sus rival político de «traición» y de «destruir la unidad nacional» tras su decisión de retirar sus milicias de la ciudad petrolera de Kirkuk y permitir la entrada del Ejército de Irak. Este movimiento de hace un año fue una de las claves para rebajar la tensión con el gobierno central tras el referéndum, pero le puede costar muy caro a la PUK en las urnas.

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