El Parlamento Europeo cede a la presión de Londres sobre Gibraltar

Un eurodiputado británico logra bloquear el acuerdo de exención de visados porque España exige que se mencione al Peñón como «colonia»

Imagen del Pleno de la Eurocámara Afp

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Por si no fuese suficientemente complejo, al Brexit le aparecen incesantemente nuevos problemas, y no todos tienen que ver con la frontera irlandesa. Pero sí con el hecho de que entre la Unión Europea y Gran Bretaña volverá a haber fronteras. Y, más particularmente, las fronteras entre un estado miembro como España y un territorio como Gibraltar , que a pesar de lo que insisten en decir los negociadores británicos, no forma parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

El tropiezo se ha producido en el Parlamento Europeo, seguramente a causa de la indolencia en el seno del Grupo Socialista, que no ha visto ningún obstáculo en que un tema que afecta tan directamente a los intereses españoles como este pudiera ser manipulado por un laborista británico, que ha logrado bloquear una pieza legislativa importante, porque no acepta una nota a pie de página introducida por España en la que se refiere a Gibraltar como «colonia británica» .

Este último episodio de la saga gibraltareña tiene como base la modificación legislativa del reglamento de Schengen , que regula la libre circulación de personas dentro de los países que firmaron este acuerdo, para facilitar la entrada sin visado de los ciudadanos británicos una vez que su país haya abandonado la UE. Nótese que el Reino Unido no forma parte actualmente del espacio Schengen, a pesar de ser miembro de la Unión Europea, es decir, que no tiene nada que decir sobre su funcionamiento interno, ni siquiera ahora que todavía no se ha separado del club comunitario.

La Comisión Europea hizo una propuesta de reforma legislativa para que una vez que se haya producido ese divorcio los ciudadanos británicos puedan viajar sin necesidad de visado a los Veintisiete por periodos inferiores a noventa días, siempre que los europeos puedan gozar de la misma licencia si viajan al Reino Unido. La propuesta fue aprobada por el Consejo, es decir, los gobiernos de los países miembros, y a propuesta de España se le añadió una mención aclaratoria a pie de página en la que se dice textualmente que «Gibraltar es una colonia de la Corona británica. Hay una controversia entre España y el Reino Unido en cuanto a la soberanía de Gibraltar, un territorio para el cual se debe encontrar una solución a la luz de las resoluciones y decisiones relevantes de Naciones Unidas».

Fallo socialista español

La inclusión de esta coletilla, que está destinada a repetirse cada vez que se menciona este territorio, tiene que ver con el compromiso que España exigió en el acuerdo sobre la retirada del Reino Unido y que consiste en el compromiso de que la UE no puede tomar ninguna decisión que afecte a Gibraltar si España no está de acuerdo.

La mera constatación de que a partir de ahora los responsables comunitarios dejarán de ser neutrales ante este problema y se pondrán sistemáticamente del lado del país miembro, que es España, puso muy nerviosos a los británicos desde el principio. Y por ello no es de extrañar que hayan maniobrado para hacer que el ponente de la Comisión de Libertades Públicas del Parlamento Europeo no pusiera pegas a la hora de designar a su presidente, el laborista británico Claude Moraes , como ponente del dictamen preceptivo sobre esta reforma del reglamento de Schengen.

Hacer bandera

Parece difícil de encontrar una designación más inconveniente, teniendo en cuenta que Moraes dejará de ser eurodiputado en cuestión de semanas, que nunca más volverá al Parlamento Europeo y que representa además a un país que no forma parte del Tratado de Schengen, cuyo reglamento es el que se está reformando. En fuentes parlamentarias se atribuye a la falta de celo del Grupo Socialista español el hecho de que el tema haya caído en manos de Moraes.

El texto a pie de página no representa nada nuevo ni se le puede dar ninguna importancia legal. Sin embargo, los británicos han hecho bandera de que desaparezca la denominación «colonia». Por ello, Moraes ha logrado ya tumbar el dictamen y pedir a la presidencia semestral (Rumanía) una nueva redacción antes del pleno del 11 al 14 de marzo, cuando está prevista su confirmación -o no- en el hemiciclo. 

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