El Parlamento británico impide el Brexit abrupto y las elecciones anticipadas

La ley para retrasar la salida de la UE al 31 de octubre, aprobada ayer por una diferencia de 28 votos, debe recibir ahora el visto bueno de los Lores

Boris Johnson ve los resultados de la votación de este miércoles EFE

Íñigo Gurruchaga

El Partido Laborista intenta atrapar al primer ministro, Boris Johnson, en una senda que, según él, le impide negociar con la Unión Europea (UE). La Cámara de los Comunes aprobó ayer, primero, una ley que aspira a bloquear la marcha sin acuerdo y rechazó, después, la convocatoria de unas elecciones anticipadas propuestas por el «premier» británico.

La Cámara de los Comunes ha empleado dos días en aprobar una ley que fija los pasos que el Gobierno británico debe seguir tras el Consejo Europeo previsto para el 17 y 18 de octubre. Si Johnson ha logrado un acuerdo, lo someterá a votación. Si no hay acuerdo, someterá a votación que Reino Unido se vaya igualmente de la Unión Europea. Y si el Parlamento lo rechaza, tendrá que pedir una extensión del Brexit hasta el 31 de enero.

En la tramitación de la ley, el Gobierno utilizó tácticas pérfidas -como no enviar a los diputados que debían contar los votos negativos- para favorecer la aprobación de dos enmiendas a la ley; una de ellas favorece que se presente de nuevo a votación del Parlamento el Acuerdo de Retirada que Theresa May pactó con el Consejo Europeo y que fue rechazado tres veces.

Si el objetivo último de Johnson recortando las jornadas parlamentarias era justificar la convocatoria de unas elecciones para liberarse de la aritmética parlamentaria que amargó la vida de su predecesora, ha fracasado por el momento. Los laboristas no han caído en lo que su exlíder, Tony Blair, describió desde el primer momento como «una trampa para elefantes» y su actual líder, Jeremy Corbyn, como la manzana que la bruja ofrece a Blancanieves y que resulta ser un veneno.

Johnson proclamó que la ley aprobada «termina efectivamente la negociación» y «da el control a nuestros socios». Dijo que no tiene precedente en la historia por ser «una rendición en una negociación internacional». Para Johnson la amenaza de la marcha sin acuerdo sería imprescindible. Corbyn le pide que muestre sus propuestas, pero el líder «tory» responde que así no se puede gobernar.

Purga

Los laboristas rechazaron la moción del Gobierno para convocar unas elecciones anticipadas y condicionan su apoyo -es necesario que dos tercios de los escaños voten la disolución del Parlamento- a que la ley aprobada para bloquear la marcha sin acuerdo sea ratificada en la Cámara de los Lores, donde los conservadores quieren obstaculizar su tramitación manteniendo la Cámara Alta abierta noche y día hasta que expire el plazo. La votación se saldó a favor de la oposición por 298 votos frente a 56, en un escenario marcado por la abstención de gran parte de los legisladores. Poco después, Johnson les urgió a que pensaran en la «naturaleza insostenible de su posición»

Los laboristas estarían divididos entre apoyar las elecciones en cuanto la ley cumpla todos sus trámites, antes de la suspensión del Parlamento, la próxima semana, o esperar a que sea implementada el 19 de octubre, bajo la vigilancia de la oposición. Algunos sugerían que Johnson y su Gobierno están considerando su dimisión para crear un vacío que desembocaría en elecciones.

El grupo parlamentario conservador jaleó a Johnson en sus críticas a Corbyn pero la purga de 21 «rebeldes» la víspera, tras perder la votación que abría la puerta a la ley de bloqueo del Brexit abrupto, ha distribuido tristeza y malestar entre diputados. El nieto de Winston Churchill, exministros importantes, diputados septuagenarios,… fueron expulsados del grupo por votar en favor de la iniciativa legislativa de la oposición.

La hipocresía es también de tamaño elefantino. Un primer ministro que votó dos veces contra el Acuerdo de Retirada pactado por Theresa May y un Gabinete en el que ministros alardeaban de haberse opuesto a su Gobierno en las tres ocasiones en las que se votó el Acuerdo expulsan ahora a Kenneth Clarke, Nicholas Soames, Philip Hammond… que votaron siempre en favor de su Gobierno y del Acuerdo.

La estrategia del pulso a la Unión Europea con la amenaza de una marcha sin acuerdo habría sido diseñada por Dominc Cummings, jefe de Gabinete de Johnson, y hombre con reputación de genio. En la noche del martes, en los pasillos del Parlamento, este elucubrador de estrategias basadas en teorías de juegos, habría alentado más rudamente a Corbyn desde lejos, en voz alta y con una copa de vino en la mano, a aceptar el reto electoral.

Habrá que esperar al siguiente movimiento de Johnson y su gurú para divisar el sendero que comienza con una mayoría de un escaño que se convierte inmediatamente en menos 41, tres votaciones perdidas, una ley aprobada por la oposición que bloquea su estrategia, lores entorpeciendo en la madrugada la mayoría existente entre los parlamentarios realmente elegidos y el programa legislativo sumergido bajo la espuma de un frenesí diario.

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