París e Isla de Francia son políticamente cosas de mujeres
Las elecciones regionales de finales del mes de junio que viene quizá no tengan una importancia nacional muy espectacular. Pero, en Isla de Francia, han confirmado la emergencia de equipos femeninos, en posiciones influyentes
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París e Isla de Francia son cosa de mujeres: ellas dominan la escena política de la capital y su región, de la derecha a la extrema izquierda.
París tiene alcaldesa, desde el 2014, Anne Hidalgo , nacida en San Fernando, Cádiz. Y está rodeada ... de un equipo feminista importante. El gran problema político de Hidalgo son sus relaciones conflictivas con feministas y ecologistas.
Hidalgo está en campaña permanente, intentando imponerse como candidata de su partido, el PS, a la elección presidencial. Como alcaldesa de la capital tiene un puesto eminente en los acontecimientos públicos nacionales. Pero esa visibilidad tiene un inconveniente: sus aspiraciones nacionales chocan con la suciedad de París, en tiempos de crisis. La gravedad de sus discursos choca con el espectáculo tirando a muy sucio de muchos barrios de la capital. Su equipo municipal, feminista y ecologista, ligeramente multicultural, pudiera chocar con la Francia profunda , mucho más conservadora.
Las elecciones regionales de finales del mes de junio que viene quizá no tengan una importancia nacional muy espectacular. Pero, en Isla de Francia, han confirmado la emergencia de equipos femeninos, en posiciones influyentes.
Isla de Francia (12 millones de habitantes) es la primera y más rica de las regiones francesas, y tiene presidenta, Valérie Pécresse (conservadora con aspiraciones presidenciales), desde el 2015. Sigue cotizándose como candidata a su reelección. Intenta escapar a las campañas feministas tradicionales.
Pécresse hace campaña en temas muy populares: combatir la violencia , intentar «acabar» con las bandas de delincuentes, apoyar a maestros y profesores amenazados, cooperar estrechamente con el gobierno en materia sanitaria.
Mujeres jóvenes
Pécresse es una señora bien, razonablemente realista, que siempre ha chocado con el «machismo» latente en su partido, «Los Republicanos» (LR, el partido de Nicolas Sarkozy). Si volviese a ser reelegida presidenta de la región más rica e importante de Francia, parece razonable pensar que su programa de acción regional pudiera convertirse en plataforma de una hipotética campaña presidencial.
La gran novedad regional es la presencia de mujeres jóvenes a la cabeza de las listas electorales más influyentes. Quizá sea sintomático que en la región más rica e influyente de Francia, la región de la capital, las mujeres se hayan instalado en posiciones de «mando» e influencia, desplazando considerablemente a sus rivales, hombres.
A la izquierda, la lista del PS y otras izquierdas está liderada por Audrey Pulvar , francesa, mestiza de la Martinica, hija de padre pedófilo, con una vida sentimental muy variada y una visión política de Francia e Isla de Francia muy multicultural. Quizá sea sintomático que el PS considere que Pulvar sea la mejor defensora de su visión política del futuro de la región más rica de Francia.
A la espera de un programa más o menos concreto, la candidata socialista a la presidencia regional insiste en varios temas básicos: gratuidad de los transportes en común, convocatoria de «referendos» para «zanjar» problemas regionales, insistencia en el «mestizaje» y defensa de la «multiculturalidad» .
Contra Macron
Las proposiciones de Pulvar corren el riesgo de abrir nuevas «grietas» en una familia socialista muy dividida en las cuestiones de sociedad. La gratuidad de los transportes públicos quizá sea un tema demagógico: no está claro como pudiera «conseguirlo». La personalidad de Pulvar alimentar con frecuencia la crónica rosa pasión. Su rica vida sentimental suscita tanto interés como provoca riesgos.
A la extrema izquierda, Clémentine Autain , encabeza la lista de «La Francia Insumisa», con un programa que ella resume con esta frase: «Las feministas deben llegar al poder en Isla de Francia».
Autain es una señora «repipi» y «respondona», siempre dispuesta a las sentencias jupiterinas, contra el capitalismo, contra Macron, qué se yo, contra todo. Sus proyectos son tan ambiciosos como de complejísima realización: inversión de millones de euros en urgencia social, relanzar el empleo, relanzar la construcción de pisos sociales… No está claro cómo pudieran financiarse tales proposiciones, pasablemente retóricas, coronadas con una guinda muy suya: «Las mujeres deben conquistar el poder en nuestra región».
Marlène Schiappa
Para intentar implantarse en Isla de Francia, La República En Marcha (LREM), el partido de Emmanuel Macron, ha elegido a Marlène Schiappa, ministra delegada para asuntos de la ciudadanía y la igualdad entre hombres y mujeres: una señora de armas tomar, de quien se sospecha que ha llegado a escribir novelas muy 'porno soft'.
Schiappa es una señora de muy buen ver, de un trapío que puede dar miedo entre muchos políticos. Ella habla con una claridad chocante y sin pamplinas, directa y al grano con una cierta eficacia retórica. Puede ser una pistola verbal de Macron contra adversarios de todo pelaje.
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Al día de hoy, Schiappa no ha presentado ningún plan particular para Isla de Francia. Se limita a retomar las posiciones del su gobierno: lucha contra el comunitarismo, lucha contra la inseguridad, denuncia feroz de las posiciones ecologistas e izquierdistas: «Mucha multiculturalidad, pero acaban apoyando a grupúsculos islamistas radicales».
Ecologistas y extrema derecha presentan hombres
Ante esa mayoría de candidatas, ecologistas y extrema derecha presentan candidatos, Julien Bayou y Jordan Bardella , que corren el riesgo de estrellarse y perder la carrera de las próximas elecciones regionales de finales de junio , cuando las candidatas a la cabeza de los sondeos han impuesto temas y problemas con muchas variantes femeninas.
Bayou es un ecologista joven, con ninguna experiencia, que comenzó su campaña con una metedura de pata descomunal: sugerir que las «personas de cierta edad» se interesaban poco por la ecología… Le llovieron estacazos de muy diversa edad.
Las ambiciones de Bayou son tan gigantescas como fuera de la realidad: «Transformar radicalmente Isla de Francia con una ambición medio ambiental».
Jordan Bardella, el candidato de la extrema derecha, es víctima de la mujer más influyente en la Francia política: Marine Le Pen . Bardella defiende su personalidad, sus proyectos… combatir la inseguridad, luchar contra la inmigración ilegal, reclamando más mano dura contra las bandas de la 'banlieue', los suburbios de París. Dicho todo eso, aparece Marine Le Pen en escena y el candidato de su partido queda en muy segundo plano. Ventaja e inconveniente de Bardella: ser un segundón, con menos pegada que una señora de rompe y rasga, cuyos gritos y «mala uva» son mucho más atractivos que los buenos modales de un joven bien educado, traje de grandes almacenes, pelo corto y escasas ideas propias.
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