La pandemia obliga a limitar la ceremonia para evitar contagios
Japón recuerda hoy, en medio del coronavirus, a los más de 140.000 muertos que causó el 6 de agosto de 1945 la primera bomba atómica usada contra civiles, a la que se sumaría tres días después la arrojada sobre Nagasaki
En medio de otra tragedia como es la pandemia del coronavirus, Japón recuerda hoy que, hace justo 75 años, sufrió una de las mayores catástrofes de la Historia : la bomba atómica de Hiroshima. Lanzada por el B-29 estadounidense «Enola Gay» a las ocho y cuarto de la mañana del 6 de agosto de 1945, aquella bomba, apodada «Little Boy» («El niñito»), reveló al mundo que el poder destructor del ser humano no tiene límites.
Con una potencia de 15 kilotones de TNT, este artefacto de uranio borró del mapa la ciudad y mató a 140.000 de sus habitantes, la mitad el primer día. Tres días después, Estados Unidos volvía a arrojar otra bomba sobre Nagasaki que se cobraba 70.000 vidas más. Llamado «Fat Man» («El Gordo»), este ingenio de plutonio forzaba finalmente la rendición de Japón en la II Segunda Guerra Mundial, anunciada el 15 de agosto.
En ceremonias muy reducidas para evitar el riesgo de contagio del coronavirus, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, honrará hoy y el domingo a las víctimas, primero en Hiroshima y luego en Nagasaki. Como la mayoría de los asistentes son supervivientes con una edad media de 83 años, solo se permite un aforo de 880 personas en el Parque de la Paz de Hiroshima, donde en ocasiones anteriores se juntaban más de 11.000.
Alrededor del cenotafio y de la campana en honor de los difuntos, y con la sobrecogedora estampa de la destruida Cúpula de la Bomba Atómica al fondo, la ofrenda floral se completa con diversos homenajes a las víctimas, que fueron en su mayoría civiles.
Como en años anteriores, las ceremonias servirán para que buena parte del público, y sobre todo los supervivientes, muestren su malestar contra el Gobierno de Abe por su militarism o , que a su juicio va contra el pacifismo que inspira la Constitución nipona.
De todas maneras, y según publica el periódico «Japan Times», la Policía se encargará de que no haya multitudes alrededor del Parque de la Paz como medida de prevención contra el coronavirus. En cambio, sí será numerosa la representación internacional, con diplomáticos de 93 países en Hiroshima y de 74 naciones en Nagasaki. A pesar de la pandemia, es la asistencia más alta desde el anterior aniversario redondo en 2015.
En el acto se inscribirán también en el cenotafio los nombres de los 9.254 «hibakusha», como se conoce a los supervivientes, fallecidos en el último año fiscal. Con ellos, son más de 320.000 los registrados en este monumento, que se salvaron de la bomba atómica pero murieron sin ver cumplido su anhelo: el fin de las 15.000 armas nucleares que quedan en el mundo, la mayoría en EE.UU. y Rusia.