Palizas, electrochoque y sadismo: los métodos con los que Rusia tortura a los civiles capturados en Ucrania

Les golpean la cara, el estómago y todos aquellos puntos que les generen un dolor permanente y les haga perder el conocimiento o la respiración; a otros incluso los estrangulan o electrocutan

Sigue aquí en directo la guerra Rusia - Ucrania

P. A.

Desde que comenzó la guerra de Rusia contra Ucrania hace cuatro meses, la crueldad ha sido la protagonista de cada jornada bélica. Los soldados de Vladímir Putin han ejercido todo tipo de métodos no solo durante la invasión y el avance en la nación vecina, sino a la hora de interrogar a los civiles ucranianos . Entre sus procedimientos, acostumbran a golpear, humillar e incluso electrocutar a aquellos a quienes capturan , con intención de sacarles información o simplemente castigarles por su apoyo al bando de su país o al presidente Volodímir Zelenski.

El ejército ruso lleva a cabo lo que se conoce como «la filtración» , un proceso en el que estudian e interrogan a todos aquellos ciudadanos que quiere abandonar las ciudades ucranianas en las que se han establecidos las tropas de Putin , sobre todo a los varones en edad militar. Según informa BBC, los soldados revisan los teléfonos de los civiles para comprobar si han compartido algún tipo de mensaje favorable a Zelenski o crítico con los invasores, ya sea a través de redes sociales o canales de mensajería privados. Cualquier indicio de una «traición» a Rusia es castigado con torturas físicas .

Pero va más allá del rastreo tecnológico. Los rusos estudian cada gesto o incluso marca corporal, como signos físicos en los dedos o los hombros que delaten el uso de armas. Cualquier motivo les parece válido, desde haber compartido en Instagram uno de los mediáticos vídeos de Zelenski hasta un mensaje de texto a un familiar en el que se hable negativamente de la guerra. Una guerra, además, que ellos niegan, ya que los soldados insisten en el relato del llamado «proceso de desnazificación» , como lo bautizó Putin.

«¿Qué opinas de Zelenski?», le llegaron a espetar a Andriy, un joven de 28 años residente en Mariúpol. De acuerdo con lo que relata BBC, él respondió que nunca había servido en el ejército ucraniano, que Zelenski era «un presidente más, no muy diferente a los que le habían precedido», y que en realidad no le «interesaba mucho la política». Sin embargo, encontraron en su teléfono que había compartido vídeos del presidente en sus redes sociales, al que defendía por ser un líder del que se sentía «orgulloso». «¡Váyanse a su casa con sus buques de guerra!», rezaba el mensaje de Andreiy. Los soldados le echaron en cara haberles mentido, y procedieron a apalizarle , comenzando por un golpe en la garganta.

«Me preguntaba qué sería mejor, si perder el conocimiento y caer o tolerar más el dolor», cuenta Andreiy

Les golpean la cara, el estómago, la cabeza, y todos aquellos puntos que les generen un dolor permanente y les haga perder el conocimiento, el equilibrio o la respiración. A otros incluso los estrangulan hasta el desmayo , y han recurrido incluso al electrochoque . Vadym, un ucraniano de 43 años, cuenta que «usaron electricidad» en su cuerpo: «Casi muero. Me caí y me atraganté con los empastes dentales que se habían salido de mis dientes». Los rusos, explica «estaban furiosos. Cuando recuperé el conocimiento, me dijeron que limpiara todo y continuaron dándome descargas eléctricas».

Su historia no es única. Los golpes y las torturas se repiten cada día en los puntos donde se realizan las «filtraciones»: «Me preguntaba qué sería mejor, si perder el conocimiento y caer o tolerar más el dolor», cuenta Andreiy. Tras dejarle libre, las tropas metieron a otro hombre en la habitación que él estaba abandonando, al que nada más entrar «empujaron al suelo». Todavía no había salido de allí y el otro civil ya estaba recibiendo golpes: «Ni siquiera hablaron con él». «Los soldados», según él, «actúan como si fuera algún tipo de entretenimiento, algo para satisfacer su propio ego» .

A otros les obligan a desnudarse. «Es inhumano. No hay necesidad militar para esto. Te preguntas: '¿Por qué tanta crueldad? ¿Para qué?'», cuenta a BBC Oleksandra Matviychuk, directora del Centro para las Libertades Civiles, un grupo de derechos humanos localizado en Kiev. Tras las torturas, a muchos los llevan a la conocida como «la jaula» , una celda en la que encierran a todos juntos, sin permitirles comer ni beber, y donde ni siquiera pueden tumbarse para dormir.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación