Orbán quiere negociar un estatus especial para Fidesz en el Partido Popular Europeo

La formación del primer ministro húngaro fue suspendida del grupo en 2019

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en el centro Mario Salerno

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El partido húngaro Fidesz sigue suspendido en su membresía del Partido Popular Europeo (PPE) y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quiere aprovechar las actuales negociaciones sobre los Presupuestos Europeos para revertir, al menos en parte, esa situación.

En una carta dirigida al presidente del PPE, el alemán Manfred Weber, Orbán sugiere una nueva conversación sobre el estatus del partido con el objetivo de que siga formando parte del grupo parlamentario del PPE en el Parlamento Europeo, aunque como partido autónomo. Orban ofrece una nueva forma de cooperación , similar a la que existió entre 1999 y 2009 entre el PPE y los Demócratas Europeos (DE). Esta posibilidad desbloquearía la situación de Fidesz en el Parlamento Europeo desde que el PPE tomase esa drástica decisión en 2019, tras tensas discusiones en su seno y después de determinar que las políticas de Fidesz no eran compatibles con los valores de comunes y compartidos del PPE sobre democracia y Estado de derecho.

En disputa con la UE

El Gobierno de Orbán se mantiene constantemente en disputa con las instituciones de la UE. Actualmente, junto a Polonia, Hungría mantiene bloqueada la negociación de los presupuestos europeos, que incluyen las cruciales ayudas del Fondo de Recuperación para luchar contra la recesión que ha traído la pandemia, resistiéndose así a los deseos de Bruselas de vincular la distribución del dinero a la condición de que los países cumplan convenientemente con los requisitos de un solvente Estado de Derecho. Una vez estuviese de nuevo formando parte del PPE, resultaría más difícil afirmar que sus políticas respetan el Estado de derecho.

En su carta a Weber, filtrada a varios medios alemanes, Viktor Orbán arremete directamente y sin miramientos contra Alemania, a la que pone en el punto de mira y acusa de impulsar esas exigencias , que su gobierno entiende como un ataque contra los gobiernos de Polonia y de Hungría, con la intención de perjudicar a gobiernos electos. « Los alemanes han exigido mucho a los húngaros a lo largo de la historia, pero ustedes son los primeros en considerarnos tontos», dice la misiva, consciente de que con sus palabras revuelve a sectores conservadores alemanes simpatizantes con su gobierno y que no participan de la posición que la gran coalición de Merkel con los socialdemócratas del SPD defiende en Bruselas. Weber había declarado el día anterior a la fecha de la carta que la vinculación prevista de la distribución de dinero de la UE al Estado de derecho no está dirigida específicamente contra Hungría y Polonia, pero Weber contradice esa afirmación en la carta. «La verdad es todo lo contrario», reprocha.

Grupo de análisis

Un «consejo de sabios» del PPE está examinando actualmente si la política de Fidesz sigue siendo compatible con los valores de la asociación o no, pero Orbán considera que no se trata de un gremio imparcial . En la carta a Weber, cita a varios políticos de la UE que según su opinión trabajan expresamente contra Hungría y Polonia y concluye: «La situación es clara, querido Manfred. Queréis cambiar la situación legal actual y habéis creado instrumentos que pueden dirigirse contra Hungría y Polonia en cualquier momento ».

Mientras que Polonia ha relativizado su postura desde el inicio de la negociación de los presupuestos, Hungría sigue descartando por el momento ceder en una cuestión clave: Obán no permitirá que se vincule el presupuesto de la UE a cuestiones políticas sobre el Estado de derecho, ni siquiera en los anexos del acuerdo de julio sobre el plan. «Para nosotros, adherir tan declaración, como un recordatorio pegado a un cartel, no funciona», ha declarado recientemente en la radio pública húngara, en una entrevista en la que insistió en que primero hay que distribuir los fondos y después discutir las cuestiones sobre el Estado de derecho.

El debate de los Presupuestos

Según un acuerdo suscrito en noviembre en Budapest, Polonia y Hungría se han comprometido a no aceptar un acuerdo de presupuestos que no sea satisfactorio para los dos países en conjunto y el primer ministro húngaro sigue confiado en que Polonia respetará ese pacto. «Los polacos se comprometieron igualmente, firmamos una declaración conjunta», recuerda, «y los dos países se apoyarán mutuamente hasta el final».

Hoy, precisamente, termina el plazo que las autoridades comunitarias han dado a estos dos países para que rectifiquen su posición y levanten el veto en la negociación de los presupuestos europeos. De lo contrario, será activado un «plan B» que haga posible poner en funcionamiento el tan necesario Fondo de Reconstrucción al tiempo que los presupuestos siguen siendo negociados, con la amenaza subyacente de perjudicar a Hungría y Polonia en el reparto o incluso excluir a estos dos países. La UE podría buscar otro modo alternativo de financiar el fondo, para evitar su bloqueo, mientras continúa la batalla política con Budapest y Varsovia, aunque está por ver si esa nueva formulación no revertiría en nueva deuda para los Estados receptores de las ayudas, entre los que España ocupa un puesto destacado.

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