La oposición venezolana se une a última hora para intentar arrebatar al chavismo una gobernación clave
El radical Carlos Ocariz renuncia a su candidatura en el estado de Miranda y deja a un desconocido David Uzcátegui como único rival del aspirante oficialista a la reelección
Hasta la semana pasada, la oposición se presentaba dividida a la gobernación de Miranda , un estado vecino de Caracas y considerado como el más importante después de la capital venezolana. La gobernación de ese estado se la disputaban dos opositores y un chavista que busca la reelección, pese a ser criticada su gestión de los últimos cuatro años.
El opositor Carlos Ocariz , del partido Primero Justicia, renunció a su candidatura el jueves por la noche cuando varias de las encuestas anticipaban una derrota inesperada, después de haber sido alcalde del municipio Sucre, y de tener el absoluto respaldo del excandidato presidencial y otrora gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski . Ocariz salió de la carrera electoral y dejó a Héctor Rodríguez , el candidato chavista del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), con David Uzcátegui de Fuerza Vecinal, una cara opositora poco conocida.
Miranda, con 7.950 kilómetros cuadrados y más de tres millones de habitantes, limita al norte con Caracas. En ese estado se encuentran los cuatro municipios más influyentes de la entidad: Sucre, El Hatillo, Chacao y Baruta, que forman parte del Área Metropolitana de Caracas . Pero, al igual que el resto del país, Miranda ha sido azotada por la inseguridad en sus 21 municipios y muestra los vestigios de un gobernador ausente. Con Ocariz fuera, el próximo 21 de noviembre la población decidirá si dejar a Rodríguez y al chavismo en el estado o darle el voto de confianza a Uzcátegui, quien se ha perfilado como «la opción más próspera» para la entidad.
El Consejo Nacional Electoral anunció en mayo que Venezuela celebraría sus elecciones regionales en noviembre , y convocó a más de 20 millones de venezolanos para renovar los cargos de 23 gobernaciones y de 335 alcaldías del país, en unos comicios que vuelven a estar amañados por el régimen de Nicolás Maduro , y que -como en elecciones anteriores- han sembrado la desmotivación por el voto y han dado señales de que esta vez tampoco habrá garantías electorales.
Pugna opositora
Ocariz y Uzcátegui estuvieron envueltos en una disputa política y mantuvieron un largo pulso para quedarse con la gobernación de Miranda. En su anuncio, Ocariz (50 años) no mostró ni mencionó intenciones de dar su apoyo a Uzcátegui, quien hasta ahora solo ha sido concejal en el municipio Baruta. Esa pugna fue calificada como una «pelea de egos» por no apoyarse mutuamente en unas elecciones que ambos llegaron a decir que son importantes para rescatar a Miranda de las manos del chavismo . Esa división de la oposición enfrió la intención del voto de una parte de los mirandinos y llegó a poner en una ligera ventaja al candidato del Psuv.
Ocariz explicó a ABC que tomó la decisión de renunciar «pensando en el país porque la sumatoria de tres (candidatos) me haría perder. En vista de que yo veía que era casi imposible llegar a acuerdos con Uzcátegui, renuncié. Y puse mi tarjeta a nombre de la Unidad (coalición opositora), y entre la Unidad y el partido de Uzcátegui estuvieron buscando acuerdos, pero entiendo que Fuerza Vecina puso obstáculos. A mí no me correspondía darle expresamente el apoyo a Uzcátegui, sino hacer lo que hice, que fue lo más patriótico: dar un paso al costado».
Por su parte, Uzcátegui aseguró a este medio que, a pesar de no tener una carrera política como sus otros oponentes, «todas las encuestas» que han hecho lo dan como ganador «con una diferencia gigantesca con relación a los demás candidatos. El apoyo que yo he recibido ha sido vehemente». Uzcátegui (46 años) se considera como un sobreviviente del régimen de Nicolás Maduro, pues durante más de una década fue perseguido y además fue inhabilitado políticamente.
Al candidato de Fuerza Vecinal lo rodeó una polémica sobre supuestos apoyos que ha recibido por parte del régimen chavista. En una conversación con ABC lo negó: «Jamás. Quienes nos apoyan, que son empresarios privados, saben a quién apoyar y a quién no. Saben quien tiene oportunidades y quien no. Yo he dedicado 20 años de mi vida a hacer política y a tener labor social. Ocariz sí tiene contacto con el Gobierno. Él los conoce. Él no ha sido perseguido político, yo sí».
Un gobernador ‘ausente’
Héctor Rodríguez (39) asumió la gobernación de Miranda en 2017 y sucedió a Capriles Radonski en el cargo (2008 y 2017). Rodríguez ganó las elecciones regionales de ese entonces con 641.735 votos (52,78%), mientras que Ocariz obtuvo 555.347 votos (45,76%). Las elecciones de ese año estuvieron arropadas por una abstención del 40% y Ocariz no las reconoció, al tiempo que denunció fraude . Faltando 48 horas para que se instalaran las mesas, el Consejo Nacional Electoral cambió de su centro de votación a 225.000 mirandinos, algo que Ocariz calificó como «inescrupuloso e ilegal».
Para Uzcátegui, el candidato chavista a la reelección «es un desastre. Ha sido un gobernador indolente. Héctor Rodríguez tuvo una gestión en la que abandonó todo: hay vialidades destrozadas, el transporte público no funciona, la inseguridad obliga a la gente a encerrarse en sus casas, no hay policías. Las escuelas públicas y los centros sanitarios están completamente destruidos. Hay que tener mucho cinismo para volver a pedirle el voto a la gente. Es un gobernador ausente», sentenció.
Rodríguez es considerado como un candidato fuerte para heredar el poder que ostenta Nicolás Maduro en la presidencia. Inició muy joven como dirigente estudiantil, haciendo elogios al chavismo. Rápidamente el joven chavista se ganó la confianza de Hugo Chávez y en 2008 el expresidente lo designó como su secretario en el Despacho de la Presidencia. Desde entonces, ha estado en el típico juego de la silla del chavismo y ha escalado en importantes cargos: ministro de Deporte (2010-2013), ministro de Juventud (2013-2014), ministro de Educación (2014-2015), diputado a la Asamblea Nacional (2015-2016) y es el actual gobernador de Miranda. Rodríguez, quien también estuvo al frente de las negociaciones del chavismo con la oposición en México , es de los pocos funcionarios que no ha sido sancionado.
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