La oposición afronta una nueva ola de represión tras su marcha contra Maduro
El líder bolivariano asegura que buscaban provocar un «baño de sangre de Caracas»
Nicolás Maduro si no gana, empata. Así es la polémica que el presidente venezolano ha confabulado con un supuesto golpe fallido y la amenaza de quitar la inmunidad parlamentaria. Con ello quiere minimizar el éxito de la gran marcha pacífica celebrada el jueves en Caracas, a la que acudieron más de un millón de manifestantes para exigir la fecha del referéndum revocatorio.
Con una sonrisa de oreja a oreja, el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús «Chúo» Torrealba, hizo un balance positivo de la marcha histórica de 18 kilómetros en las tres avenidas principales de Caracas: Francisco de Miranda, la Rio de Janeiro y la Libertador.
También rechazó las acusaciones de «golpistas y terroristas» que lanzó Maduro contra los dirigentes opositores, tres de los cuales están en prisión desde hace cuatro días por llevar presunto material «explosivo». El número total de detenidos es ya de 37, entre dirigentes y activistas, según el director del Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero.
Para «Chúo» Torrealba la manifestación de Caracas cumplió los tres objetivos que se había planteado: «Construir organización, mostrar movilización y comunicar la agenda de lucha. Y lo logramos con creces, superamos nuestras expectativas. Sí se puede».
Infiltrados violentos
Al término del mitin que ponía fin a la marcha, a las 14,30 horas en la Avenida Libertador, el jefe de la MUD dio por concluido el acto, pidiendo a todos los participantes que regresaran a sus casas en paz y evitaran provocaciones violentas. « Ni con falsos positivos ni con infiltrados el régimen podrá empañar la épica, pacífica y contundente Toma de Caracas. El 1-S mostró al mundo una ciudadanía democrática con coraje y un liderazgo democrático con capacidad de conducción».
Pero al final de la tarde, ya cerrada la marcha, grupos violentos de jóvenes encapuchados lanzaron piedras y bombas lacrimógenas en la Avenida Francisco de Miranda a la altura de Los Palos Grande y Altamira.
En ese momento, y en medio de las lágrimas de los vecinos apareció una lluvia providencial que ayudó a limpiar el aire del tóxico de las bombas y espantó a los vándalos. Sin embargo, el ministro del Interior, Néstor Reverol, mostró ayer las imágenes de estos con pasamontañas atribuyéndolos a la oposición y asegurando que «habían abortado un golpe de estado».
También mostró imágenes de los dirigentes opositores Daniel Ceballos, Yon Goicochea y Carlos Melo, acusándolos de terroristas argumentando que «la policía de inteligencia bolivariana los había capturado con materiales explosivos en sus zapatos y cinturones».
Levantar la inmunidad
Por otra parte, Nicolás Maduro aseguró ayer en su mitin que «ya tiene listo el decreto para levantar la inmunidad parlamentaria y medidas similares para todos los cargos públicos. Aquí nadie se va a amparar en la inmunidad parlamentaria para cometer delitos, porque (la inmunidad) está hecha para cumplir las leyes, no para violarlas», acotó, refiriéndose al presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup.
Asimismo indicó que «los que amenazaron con asaltar Caracas terminaron en su estado Miranda. Ellos en el este y nosotros con la patria. Derrotamos una intentona golpista que pretendía llenar de violencia las calles de Caracas. Viva el pueblo. Este 1-S triunfó la paz, continuemos por el camino del socialismo», dijo el presidente venezolano.
Sin embargo, los invitados internacionales de la Unidad Democrática, Josep Maldonado (España) y Guadalupe Neves (Argentina), ratificaron el carácter pacífico y democrático de la «Toma de Caracas». Ambos recorrieron los diferentes puntos de concentración, aunque Neves reconoció que muchos invitados decidieron no asistir a la manifestación por temor a sufrir los mismos maltratos que padeció la prensa internacional.