La UE ofrece a Londres quedarse todo lo cerca que quiera, pero con condiciones

Bruselas acude a estas negociaciones con un espíritu abierto y ofrece al Reino Unido que elija cual es la opción que más le puede convenir, aunque dejando clarísimo al mismo tiempo que no será igual si optan por un modelo u otro y que de ello dependerá la distancia con la que se mirarán en el futuro las dos orillas del Canal. A la vista de las primeras indicaciones que han llegado desde Londres y que presuponen una intención de ensanchar esas diferencias, el principal mensaje del negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier , es que las empresas y los países no se confíen y por ello «recomiendo a todo el mundo que siga preparándose para los cambios que necesariamente se producirán».

Barnier presentó ayer el proyecto de mandato negociador que han de aprobar los países europeos, para que sea la base de las negociaciones sobre la futura relación con el Reino Unido. El político francés aclaró que el resultado de estas negociaciones no se aplicará a Gibraltar, sino que todo lo referente a esta colonia británica deberá ser aceptado por España, como ya se había previsto en el protocolo anexo al tratado de salida. Es decir que antes del día 31 de diciembre, si no ha habido cambios en el proceso de la negociación, Gibraltar también deberá definir qué relación quiere tener con la UE o, lo que es lo mismo, con España, porque el acuerdo con el Reino Unido no les afecta y se quedan sin más anclaje legal que el que quiera consentir Madrid en sus conversaciones directas con Londres.

El negociador europeo propone que se ofrezca al Reino Unido un acuerdo comercial que incluya cero aranceles y cero cuotas para todos los productos que entren en el mercado europeo, pero eso implicaría también la obligación de respetar los mismos estándares vigentes en la UE, para evitar que las empresas europeas estuvieran en inferioridad de condiciones. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se reunió con los funcionarios británicos que se quedarán de momento en las instituciones comunitarias a los que también explicó cuáles son las opciones que tiene ante si el Gobierno de su país: «Hay diferentes ofertas, cada una tiene sus ventajas pero también sus obligaciones. El Reino Unido deberá elegir qué tan cerca quiere estar de la UE y qué acceso al mercado europeo podrá tener».

Como dijo Barnier, «los británicos nunca encontrarán a la UE en falta de ambición para ese acuerdo, pero como es natural nosotros defenderemos nuestros intereses» y en este sentido «estamos preparados para ofrecer un acuerdo comercial altamente ambicioso como el pilar central de esta asociación, incluidos cero aranceles y cero cuotas en todos los bienes que entren en nuestro mercado único de 450 millones de personas ». En contrapartida «debemos acordar ahora garantías específicas y efectivas para asegurar la igualdad de condiciones a largo plazo. Eso significa mecanismos para atenerse a los altos estándares que tenemos a nivel social, medioambiental, de clima, fiscalidad o ayudas de Estado», que incluye la reglamentación europea de la que el Reino Unido quiere escapar. Y la segunda parte es que el resultado «debe mantener un acceso continuado y recíproco de los pescadores europeos a los mercados y a las aguas» territoriales británicas, que es un punto esencial para que se acepte todo el paquete comercial.

Queda la cooperación en materia de seguridad, que Londres desea mantener, pero que evidentemente también podría resentirse dependiendo del rumbo que tomen las negociaciones sobre los aspectos económicos y comerciales..