Así son los nuevos «socialistas» de EE.UU.

La polarización en la era Trump propicia el auge izquierdista entre los demócratas

La joven política, Alexandria Ocasio- Cortez ABC

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Algo está cambiando en EE.UU. cuando hay candidatos que muestran con orgullo una bandera denostada: la socialista . Aquí la etiqueta suena más a «gulag», Guerra Fría, revolución proletaria y menos a socialdemocracia eficiente de país nórdico. Por eso es significativo el avance de candidatos «socialistas» en este año con elecciones legislativas en otoño, que reconfigurarán el Congreso para los dos últimos años del primer mandato de Donald Trump y sentarán las bases de la pelea política de su reelección. El ejemplo más importante es el de Alexia Ocasio-Cortez , la joven que dio la campanada la semana pasada al imponerse en las primarias de Nueva York a un veterano de la Cámara de Representantes, Joe Crowley.

Ella, como otros líderes que se consideran «socialistas» o «demócratas socialistas», son producto de la marea izquierdista que provocó Bernie Sanders en las presidenciales de 2016. El senador de Vermont puso contra las cuerdas no solo a su contrincante por la nominación, Hillary Clinton , sino al propio «establishment» demócrata. Su dirigencia tuvo que usar malas artes para beneficiar a Clinton, pero la «revolución» de Sanders ha calado en ciertos sectores. El entonces candidato izquierdista tuvo un apoyo mayoritario del votante joven y la clase trabajadora deteriorada, sector que comparte con Trump.

Esos esfuerzos empiezan a dar frutos: la corriente Socialistas Demócratas de América (DSA, en sus siglas en inglés), a medio camino entre partido político y organización activista, a la que pertenece Ocasio-Cortez , ha pasado de 7.000 miembros en 2016 a más de 40.000 . El socialismo ya no mete miedo en las nuevas generaciones: el 61% de los demócratas de entre 18 y 34 años percibe la etiqueta de forma positiva. Su impacto de momento no ha supuesto un gran cambio en el partido demócrata. Crowley es de momento el único legislador en perder sus primarias ante un candidato izquierdista. Pero lo que antes era radical, ahora puede ser convencional. Y su influencia para escoger el candidato que plante cara a Trump en 2020 podría ser decisiva.

Así son los nuevos «socialistas» de EE.UU.

1

Alexandria Ocasio-Cortez: Camarera del Bronx que tumbó al «capo» demócrata

Es la estrella emergente, e inesperada, de los demócratas. La semana pasada, Alexia Ocasio-Cortez era una desconocida. Quizá muchos jóvenes de Nueva York la habían visto en su muro de Facebook, en una agresiva campaña en redes sociales que contribuyó a dar una campanada fenomenal: derrotó a Joe Crowley, un capo del partido en Nueva York, con diez mandatos en la Cámara de Representantes a sus espaldas y en las quinielas para sustituir a Nancy Pelosi como líder demócrata en la cámara baja. De la noche a la mañana, Ocasio-Cortez copó portadas e informativos. A sus 28 años , está camino de convertirse en la mujer más joven en conseguir un escaño en el Congreso . Para ello tendrá que derrotar a su contrincante republicano en las elecciones de noviembre, pero, dado que su distrito es un feudo demócrata, nadie duda de que lo hará.

La suya es una historia como tantas del Bronx, el distrito en el que nació y al que representará –junto a parte de Queens– en el Congreso. Hija de puertorriqueños, de origen humilde, tuvo su primer contacto en política en el equipo de Ted Kennedy , el legendario senador por Massachussetts y hermano de JFK. Tras estudiar en la Universidad de Boston, trabajó en organizaciones sociales y, para subsistir, servía mesas en un restaurante hasta febrero.

Formó parte de la campaña de Bernie Sanders en 2016, una aventura que aceleró su ideología izquierdista. En las primarias de Nueva York, en las que rechazó cualquier financiación corporativa, abogó por una sanidad pública universal , abolir la policía de inmigración y fronteras y convertir la vivienda en un derecho. Algunos líderes demócratas dicen que su discurso está demasiado a la izquierda para el votante tradicional del Medio Oeste, clave en la victoria de Trump en 2016. Ella les recuerda que en varios de esos estados Sanders se impuso a la candidata demócrata del «establishment», Hillary Clinton. Luego, ella perdió contra Trump.

2

Abdul El-Sayed: Un «nuevo Obama» musulmán

Las primarias en Michigan por la candidatura demócrata a gobernador están agitadas. Entre cuatro contendientes, una podría hacer historia en EE.UU. Si gana las primarias y después la elección en noviembre, Abdul El-Sayed se convertirá en el primer musulmán que llega a gobernador de un estado. Su juventud, el hecho de que no sea blanco, su apellido, su paso por la Universidad de Columbia y su carisma le han valido el mote de «el nuevo Obama» . «Me recuerda a alguien para quien yo trabajaba», reaccionó Jon Favreau, que solía escribir discursos para Obama, cuando vio su vídeo de campaña. El-Sayed, sin embargo, ha dejado claro que el expresidente está a la derecha de su ideario político y ha criticado sus políticas «centristas».

Aunque no llega a calificarse como «socialista», se siente más cómodo en la comparación con Bernie Sanders. Él ha sido uno de los pocos afortunados que ha recibido el apoyo público de Ocasio-Cortez a su candidatura, lo que le ha supuesto un empujón en una carrera electoral en la que ahora mismo está en desventaja, con 20 puntos menos que el favorito, Gretchen Whitmer. Pero la candidata neoyorquina también tenía una desventaja de 35 puntos poco antes de la votación, y Sayed confía en una remontada similar.

Nacido hace 33 años en Detroit, es hijo de inmigrantes egipcios . Fue profesor de Epidemiología en la Universidad de Columbia y dirigió el Departamento de Salud de Detroit.

3

Kaniela Ing: Plantea el control público de los medios de producción

Ocasio-Cortez no es la única candidata demócrata que se declara socialista sin tapujos . También lo ha hecho Kaniela Ing, que pelea en unas duras primarias por un escaño en la Cámara de Representantes por Hawái . Como ella, no renuncia a maneras que ponen los pelos de punta a la mayoría del electorado estadounidense, como el control público de «los medios de producción». Tiene una edad parecida –29 años– y un discurso alineado con la DSA: sanidad pública, universidad y formación profesional gratuitas, vivienda para personas sin recursos – Hawái tiene uno de los mayores índices de «sin techo» del país–, desarrollo de energía renovable, impulso de los sindicatos y un salario mínimo de quince dólares la hora, entre otros objetivos. Exige además el «impeachment» –procesamiento legislativo– de Trump y que EE.UU. reduzca a la mínima expresión su gasto militar y su participación en conflictos en el extranjero. Su determinación por romper moldes es incuestionable: criticó que Dan Inouye, tótem del partido demócrata en Hawái, senador durante décadas, ponga su nombre a un aeropuerto tras unas acusaciones de abusos sexuales de hace 25 años.

Este hawaiano de 29 años perdió a su padre a los 11 y trabajó con 14 en los campos de piña para ayudar a su madre a pagar las facturas. Es miembro de la Cámara de Hawái.

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