Nuevos enfrentamientos entre ejército y manifestantes durante un funeral en Bolivia

Salieron desde El Alto, a uno 20 kilómetros de La Paz, para llevar hasta la capital los féretros de cinco de las ocho personas que perdieron la vida durante las protestas del pasado martes en Senkata. Una marcha que pretendía ser pacífica, un homenaje a los fallecidos, pero ni con ellos de cuerpo presente se mantuvo la calma. El ejército apareció para tratar de reprimir la protesta pero lo único que consiguió fue provocar a los manifestantes que habían perdido a sus seres queridos en manos de, precisamente, de estos agentes. Comenzaron entonces los enfrentamientos, que dejaron una triste estampa en las calles de La Paz, con féretros abandonandos en el suelo y familiares llorando, otra vez, por una despedida demasiado dura.