Nuevos ejercicios militares entre Filipinas y Estados Unidos
Desde su investidura el pasado 30 de junio, el presidente Rodrigo Duterte ha protagonizado numerosos enfrentamientos con Washington
Fuerzas especiales estadounidenses y filipinas iniciarán este miércoles maniobras militares conjuntas enfocadas en operaciones anti-terrorismo, según anunció el portavoz del Ejército Benjamin Hao, a pesar de los desencuentros entre ambos países en fechas recientes.
El representante marcial filipino, sin embargo, confirmó que no se realizarán simulacros de fuego real durante los ejercicios en la provincia occidental de Palawan y que se prolongarán durante un mes.
Desde su investidura el pasado 30 de junio, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha protagonizado numerosos enfrentamientos con Washington (a pesar de los últimos guiños a la victoria de Donald Trump). El más sonoro de ellos tenía lugar durante la jornada previa a la cumbre en Laos de la ASEAN, una asociación de diez de las principales potencias del Sudeste Asiático. Entonces Duterte calificaba a su homólogo estadounidense, Barack Obama, quien también acudía al encuentro, de «hijo de puta» (sic).
De igual modo, en octubre, Duterte volvía a tensar la cuerda de las relaciones durante las maniobras militares conjuntas entre Filipinas y EE.UU. , realizadas anualmente y que tienen su origen en el Tratado de Defensa Mutua de 1951. Entonces, el mandatario anunciaba que estos ejercicios, llevados a cabo en la isla norteña de Luzón y donde toman parte hasta dos millares de efectivos militares, pueden ser los últimos.
La realización de las maniobras militares conjuntas (denominadas Balikatan, «hombro con hombro» en lengua tagalo) se fundamenta en el Tratado de Defensa Mutua de 1951, que invoca un apoyo común en caso de ataque por parte de un tercer Estado. «Esta es una alianza robusta y que beneficia a nuestros países», destacaba, ente sentido, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Posteriormente, ya a comienzos de este mes, Duterte volvía a descargar sus iras sobre Gobierno de Estados Unidos, tras anunciar la suspensión de la venta prevista de 26.000 fusiles de asalto para su país.
Días antes, el Departamento de Estado norteamericano había dado marcha atrás en la operación, tras el rechazo público del senador Ben Cardin a la misma (Cardin es el principal miembro del partido demócrata en la comisión de relaciones exteriores del Senado).
«Fíjense en estos monos, las 26.000 armas que queremos comprar no nos las quieren vender» , aseguró Duterte, quien sugirió su disposición a adquirir los fusiles de China o Rusia.