Rafael Grossi, nuevo presidente de la OIEA, señala la energía nuclear como «parte de la solución de la crisis climática»

El argentino, considerado uno de los mayores expertos mundiales en temas atómicos, ocupará el cargo por los próximos cuatro años en reemplazo de Yukiya Amano

Rafael Grossi juramentado recientemente en el cargo de Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica AFP

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La OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) tiene tres misiones principales: promover el uso pacífico de la tecnología nuclear; implementar un sistema de salvaguardas para verificar que la tecnología nuclear no sea usada con fines militares; y promover altos estándares seguridad en todas las industrias nucleares. A partir de hoy, en cuanto el argentino Rafael Grossi asuma la dirección general en Viena, un cuarto objetivo se sumará a los anteriores: convertir la energía atómica en agente activo de la solución a la crisis climática. «La voz del OIEA está ausente en este debate», ha lamentado antes de la toma de posesión, «nosotros no somos lobbistas de la energía nuclear , pero tenemos una responsabilidad que nos viene marcada por nuestro propio estatuto y debemos dar información sobre algo que es una evidencia científica. No es una convicción política o ideológica. La energía nuclear es una energía limpia, es una energía que produce muy bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, prácticamente igual que la energía hidroeléctrica y menos que la solar o la eólica. Esto son hechos que deben ser registrados en cualquier debate serio sobre el cambio climático».

Hasta ayer embajador argentino en Austria, tras desempeñarse como jefe de gabinete y vicedirector de Amano, y considerado uno de los mayores expertos mundiales en temas atómicos , ocupará el cargo por los próximos cuatro años en reemplazo de Yukiya Amano. Además de seguir lidiando con cuestiones tan candentes como las tensiones en Irán y Corea del Norte y las posibles carreras armamentísticas entre Estados Unidos, China y Rusia, se ha propuesto ampliar la presencia de la OIEA en los foros internacionales de debate climático.

Abogado de formación y graduado con medalla de plata del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) ya en la Argentina democrática, se especializó en tecnología nuclear de INVAP de Bariloche y trabajó después con Roberto García Moritán, posteriormente uno de sus mentores dentro de la Cancillería. Entre 1997 y 2000 presidió el Grupo de Expertos Gubernamentales de las Naciones Unidas sobre el Registro Internacional de Armas y fue después asesor del Subsecretario General de las Naciones Unidas en materia de Desarme, además de titular del Grupo de Países Suministradores Nucleares. Su vocación por la seguridad de la energía nuclear quedó ratificada en 2017, cuando se implicó por iniciativa propia en la búsqueda del submarino ARA San Juan , que recuerda como «una experiencia movilizante y tremendamente emocionante».

Ahora asegura que volcará toda esta experiencia en prioridades como el programa nuclear de Irán y Corea . «Deseo establecer muy rápidamente una relación de trabajo constructiva y honesta con Irán para avanzar. Hay mucho por ver; ciertas situaciones merecen una aclaración que no han recibido todavía. Además, existe una presunción de que pronto tendremos un papel muy importante en Corea del Norte, cuando exista un acuerdo con Estados Unidos», ha adelantado. Considera que la energía nuclear pasa por un buen momento y recuerda que, a pesar del pesimismo posterior al accidente de Fukushima, en 2011, la energía nuclear ha aumentado con 37 centrales nucleares agregadas a las redes en los últimos cinco años y más de 20 construyéndose en este momento. Solo ha decidido terminar con la actividad nuclear de generación eléctrica. Pero no se limitará a esta faceta, aunque prioritaria, de la organización y prestará atención, por ejemplo, a sus actividades científicas o médicas. «En muchos países erradicamos la mosca de la fruta o contribuimos con técnicas de radioisótopos al manejo de los acuíferos. Eso hace que la gente esté demandando más servicio del organismo», ha afirmado en una reciente entrevista en la que reiteraba su intención de que la OIEA se implique en los esfuerzos internacionales por la protección del clima. «Mi convicción, mi deseo, es estar presente en esta conversación. Nuestro mensaje será este. La energía nuclear es parte de la solución, no es parte del problema… Creo que la COP25 en Madrid es un escenario, una plataforma, indispensable».

Grossi será el sexto director del OIEA desde su fundación en 1957 y se suma a la lista de personalidades hispanohablantes en altos cargos de organismos internacionales, entre los que se encuentran los españoles Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, Josep Borrell Fontelles, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y Fernando Arias González, director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ); la chilena Michelle Bachelet Jeria como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; la mexicana Patricia Espinosa Cantellano, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); y entre los que puede considerarse también al brasileño Roberto Carvalho de Azevedo, director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

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