El Nuevo IRA admite el asesinato de la periodista Lyra McKee en Irlanda del Norte y pide perdón a su familia

Además, el grupo ha acusado a la Policía de «provocar» los disturbios

Flores y velas en el lugar en el que murió la periodista Reuters

Iván Alonso

El grupo terrorista Nuevo IRA reconocía ayer la autoría del asesinato de la periodista Lyra McKee el pasado 18 de abril durante la noche de disturbios que tuvo lugar en la ciudad norirlandesa de Londonderry. Lo ha hecho en un escueto comunicado en el diario Irish News en el que pide perdón con la boca pequeña. «Nuestras sinceras disculpas a su pareja, familiares y amigos», asegura en una breve nota esta nueva facción surgida en 2012 y que ya tenía las manos manchadas de sangre por ataques anteriores.

En el escrito, este grupo carga las culpas de los disturbios y del asesinato en última instancia a la policía y a «a las fuerzas de la Corona británica». Para el Nuevo IRA, McKee « murió trágicamente mientras estaba al lado de las fuerzas enemigas». Además, avisan de que no pararán y que en un futuro tomarán medidas para que ningún «inocente» salga herido de sus ataques. «Hemos dado instrucciones a nuestros voluntarios para que tengan el máximo cuidado en el futuro cuando se enfrenten al enemigo, y hemos puesto en marcha medidas para ayudar a garantizarlo» se puede leer en el comunicado.

Contra el proceso de paz

Esta facción terrorista proviene de la fusión de otros grupos escindidos de disidentes republicanos que no asumen ni aceptan el proceso de paz conseguido en el Acuerdo de Viernes Santo firmado en 1998, y apuestan por la violencia para seguir pidiendo la unificación de las dos Irlandas. En el año 2012, asesinaron a un funcionario de prisiones norirlandés durante un tiroteo en una carretera y en enero de este mismo año la policía les atribuye un intento de atentado con coche bomba en Londonderry que no dejó víctimas ni heridos. En los últimos años varios grupos surgidos del original IRA han perpetrado ataques contra policías y miembros de las fuerzas de seguridad.

Estos incidentes ocurridos la semana pasada en la ciudad norirlandesa, propiciados según la policía por varias redadas en la que pretendían evitar ataques en plena Semana Santa y en pleno aniversario de la firma de ese acuerdo de paz, ha desatado de nuevo la preocupación «ante una nueva ola de terrorismo» en Irlanda del Norte. También ha causado conmoción en la que es la segunda ciudad más importante de Irlanda del Norte y que fue castigada duramente durante los años de conflicto en el Ulster, que acabaron con más de 3.600 muertos.

Mientras, la policía, que difundió un vídeo en el que se veía al encapuchado que disparó sobre la periodista, continúa con las pesquisas y detuvo ayer a una mujer de 57 años supuestamente vinculada con el incidente. Es el tercer arresto relacionado con este caso, aunque horas antes ya había puesto en libertad a dos jóvenes de 18 y 19 años a los que se aplicó durante 48 horas la Ley Antiterrorista y que finalmente abandonaron sin cargos las dependencias policiales.

La periodista, de 29 años, murió tras recibir un tiro en la cabeza mientras observaba el estallido de violencia provocado por los integrantes del Nuevo IRA contra las fuerzas del orden. Su funeral se celebrará hoy en Belfast, ciudad que la vio nacer.

Nuevos terroristas

La policía norirlandesa ya ha venido advirtiendo en los últimos meses que la situación en la frontera de Irlanda ha empeorado y que el Brexit no ha ayudado a calmar esa llama de violencia que sigue activa en esa zona. De hecho, uno de los detective de la policía de Irlanda del Norte, Jason Murphy , aseguraba estos días que «nuevos grupos de terroristas están al acecho en las sombras» y que este último ataque demuestra que estamos ante «una nueva hornada de terroristas que siguen utilizando los métodos del pasado».

El oficial, que dirige la investigación, señaló también que la comunidad había cambiado radicalmente y estos terroristas ya no tienen ningún tipo de apoyo. Algo que, según el, se había demostrado en la «repugnancia expresada» por muchos tras el asesinato.

La prensa británica asegura que lo que queda de los antiguos grupos terroristas que amenazaron la paz durante años en el Ulster e Irlanda son apenas 200 miembros jóvenes que tratan de poner de manifiesto a menudo que el problema sigue activo en esta zona.

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