Nueva victoria judicial de Corbyn contra su oposición interna
La Corte Suprema permite el voto en las nuevas primarias de quienes se afiliaron después de enero, lo que afianza sus opciones de ganar
Jeremy Corbyn , de 67 años, se está revelando un hueso muy duro de roer para los moderados que desafían su liderazgo, que son el grueso de los diputados laboristas ( el pasado 19 de julio, el 81% votaron en su contra en una moción de confianza ). Este lunes, el veterano líder ha logrado una importante victoria judicial, que afianza sus opciones de derrotar a Owen Smith , de 49 años, en las nuevas elecciones internas del partido que se celebrarán a finales de septiembre.
La Corte Suprema ha dado la razón a cinco afiliados que denunciaron la decisión del comité ejecutivo del Partido Laborista (NEC) de prohibir votar en la lucha por el liderazgo a quienes se afiliaron más tarde del pasado 12 de enero . Con este fallo judicial se calcula que se permitirá la participación de 130.000 militantes más, la mayoría corbynistas . Los analistas británicos consideran que tras este revés resulta casi imposible que Owen -apoyado por el anterior líder, Ed Miliband- logré derrotar a Corbyn. La militancia laborista se ha disparado desde que comenzó al proceso contra Corbyn, y ahora cuentan con más de medio millón de afiliados, con lo que se baten las cifras récord de la época de Blair.
Los querellantes financiaron su denuncia a través de un proceso de cuestación vía internet, el llamado “crowd-funded”. En su razonamiento, el juez concluye que “es de sentido común que en el momento en que se afiliaron diesen por supuesto que podrían votar en la elección del nuevo líder”. El Comité Ejecutivo había abierto una ventana para la participación de los que se afiliaron más tarde del 12 de enero, que era que pagasen 23 libras. El tribunal obliga a devolverles esa cantidad, pues considera redundante que tengan que volver a pagar para poder votar siendo ya miembros del partido.
Es el segundo revés judicial de los moderados, que en su día intentaron poner trabas a que Corbyn fuese candidato de manera automática , sin necesidad de obtener previamente el apoyo del 21% de los diputados laboristas como el resto de los candidatos. Los tribunales dieron luz verde a la inclusión de Corbyn como aspirante sin el requisito de los avales, en base a su condición de actual líder.
La situación del Partido Laborista refleja las contradicciones que a veces crea la democracia interna: sus diputados en Westminster no lo quieren, pero la militancia, sí.
La mayoría de los diputados laboristas consideran que es un líder incapaz, demasiado radical, que lleva a cabo una labor de oposición muy floja y que resulta toda una garantía de que no ganarán las elecciones . Además, le achacan su campaña displicente durante el referéndum de la UE. Aunque la posición oficial del partido era a favor del Remain, Corbyn es euroescéptico de siempre (en los años setenta votó “no” a la entrada en el Mercado Común) y su defensa del In fue absolutamente desganada.
Pero entre las bases goza de enormes simpatías, sobre todo entre los jóvenes, los sindicatos y las corrientes más radicales del partido , como Momentum, la plataforma creada para apoyarle. Esa ola lo convierte a día de hoy en un líder casi imbatible, aunque se dé la paradoja de que su melifluo liderazgo es toda una bendición para Theresa May y los tories, que están trabajando casi sin oposición.