ESTADOS UNIDOS
La exembajadora en Ucrania intenta acorralar a Trump
El presidente contraatacó con la publicación de otra conversación con Zelenski en la que se mantiene dentro de la más estricta corrección política
Una respetada diplomática de carrera se sentó ayer en el banquillo de los testigos de la comisión que decidirá el «impeachment» de Donald Trump , denunció que se siente amenazada por el presidente y acusó a este haber cedido ante «oscuros intereses» en Ucrania. El presidente hizo lo que pudo para esquivar el golpe, incluida la insólita acusación de que la testigo, que tiene 20 años de servicio público, ha fracasado en todos sus destinos. La Casa Blanca ha optado por atacar no sólo a los demócratas , que han iniciado el «impeachment», sino también a los testigos , incluidos veteranos funcionarios que están ofreciendo pruebas de un posible delito de cohecho.
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«No me compete a mí adivinar cuáles son las motivaciones del presidente, pero creo que su objetivo es que me sienta intimidada», dijo Marie Yovanovitch , que en mayo fue despedida como embajadora en Ucrania. El 25 de julio Trump llamó al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y descalificó a Yovanovitch, a la que describió como «muy mala». «Van a pasarle algunas cosas» , dijo Trump, según figura en la transcripción de la llamada, hecha pública por la Casa Blanca. Los demócratas creen que Trump castigó a Yovanovitch porque esta boicoteó un canal de diplomacia paralela con el que el presidente quería obligar a Ucrania a investigar al demócrata Joe Biden.
Duro golpe
Según dijo ayer Yovanovitch: «Para mí fue un momento terrible. No podía creerme que el presidente pudiera hablar de un embajador a un jefe de Estado de otro país. Y me estaba pasando a mí. De verdad no me lo podía creer». Trump despidió a Yovanovitch el 20 de mayo, y a través de un intermediario que la llamó a la 01.00 de la madrugada le ordenó volver a EE.UU. en el próximo vuelo, justo en el día de la toma de posesión de Zelensky. « Me hizo sentir muy mal. Después de 33 años de servicio a mi país, no quería que mi carrera acabara de ese modo», dijo Yovanovitch.
El testimonio de la embajadora fue un duro golpe para Trump. Especialmente el momento en que Yovanovitch dijo: «Oscuros intereses en todo el mundo se han dado cuenta de lo fácil que resulta quitarse de en medio a un embajador estadounidense que no les otorga lo que piden. Después de estos hechos, ¿qué funcionario extranjero, corrupto o no, podría ser culpado por preguntarse si un embajador representa realmente las opiniones del presidente?».
Trump y los republicanos que le representan en la comisión del «impeachment» optaron por tratar de desacreditar a la testigo. Según dijo Trump en Twitter antes de que Yovanovitch tomara la palabra: «Donde quiera que fue, Marie Yovanovitch lo hizo mal. Empezó en Somalia, ¿cómo nos fue allí? Luego, Ucrania, donde el nuevo presidente me habló muy desfavorablemente de ella en mi segunda conversación con él. Tengo el derecho, como presidente de EE.UU., de elegir mis embajadores ». Los demócratas retrataron ayer a la embajadora como alguien especialmente dura en la lucha contra la corrupción.
Nombrada por Obama
A Yovanovitch la nombró Barack Obama en agosto de 2016. Cuando llegó a la Casa Blanca, Trump comenzó a promover que Ucrania investigara a un hijo de Biden, de nombre Hunter, que había sido directivo en una empresa energética de ese país llamada Burisma. Cuando era vicepresidente, Joe Biden había supeditado ayudas y créditos por valor de mil millones de dólares a que el gobierno de Ucrania despidiera a un fiscal, Víctor Shokin, que precisamente había abierto antes una investigación sobre la empresa Burisma.
Trump cree que el de Biden es un caso claro de corrupción. Pero los demócratas replican que las presiones del presidente a Ucrania son un caso de cohecho, o soborno, porque el pasado verano Trump retuvo ayudas de 400 millones a cambio de que Ucrania abriera formalmente la investigación a Biden , algo que no sucedió. Antes, un agente de la CIA presentó una denuncia anónima contra Trump que ha abierto todo este proceso de «impeachment».
El presidente intentó ayer todo para distraer la atención del proceso, incluida la difusión de su primera llamada con Zelensky, que un diputado republicano, Devin Nunes, leyó íntegra al inicio de la vista oral de ayer. En esa llamada, Trump felicita a Zelensky y se mantiene estrictamente dentro de los márgenes del decoro diplomático, dentro de su estilo. «Cuando yo dirigía Miss Universo siempre nos enviábais gente excelente, Ucrania siempre estaba muy bien representada», le dijo Trump a su homólogo ucraniano.
Otro interés de Trump era que el Gobierno de Ucrania investigara si sus predecesores habían interferido en las elecciones presidenciales norteamericanas en 2016. Un fiscal especial, Robert Mueller, ha demostrado que Rusia interfirió en aquellos comicios para ayudar a Trump, sin que este se lo solicitara. El presidente, sin embargo, mantiene que esa investigación comenzó porque Ucrania conspiró con la campaña de Hillary Clinton para acusarle de unos delitos inventados.
Intimidar
Ayer, un empleado y asesor de Trump, el abogado Roger Stone, fue declarado culpable de haber obstruido las investigaciones en el Capitolio sobre la trama rusa, y de haber mentido sobre sus lazos con Wikileaks para ocultarlas. En 2016 Stone se jactó de tener línea directa con Wikileaks y con su director, Julian Assange, y de tener información de cómo esa plataforma de revelación de secretos había obtenido los correos privados de la campaña de Hillary Clinton, que robó la Inteligencia rusa.
Stone será sentenciado a principios de 2020. Al saber del veredicto, Trump opinó en Twitter que la justicia tiene «dobles estándares» ya que, según dijo, los demócratas mienten más que los republicanos pero nunca son condenados.
Ante los comentarios del presidente, la líder demócrata Nancy Pelosi , que preside la Cámara de Representantes, acusó ayer a Trump de «tratar de intimidar a los testigos» . Fue Pelosi quien el jueves, en una conferencia de prensa, dijo que el delito del que planea acusar formalmente a Trump es el de cohecho, suficiente, a su entender, para elevar el juicio político al Senado, que es el que debería decidir, por una mayoría de dos tercios, si destituye o no a Trump.
Los republicanos quieren hacer coincidir ese juicio político, fase final del «impeachment», con el inicio de las primarias demócratas, que comienzan en febrero. Joe Biden, que se encuentra en el centro de esta polémica, es uno de los principales candidatos en liza en esas elecciones.