Trump se despedirá de la Casa Blanca con una oleada de ejecuciones
Brandon Bernard, de 40 años, representa el noveno caso a nivel federal en plena transición a la Administración Biden
Donald Trump buscó desmantelar buena parte de las acciones presidenciales de su antecesor, Barack Obama , como el endurecimiento de la regulación medioambiental o su reforma sanitaria. Joe Biden, que ganó las elecciones del pasado 3 de noviembre, buscará hacer algo parecido con el legado de Trump. Lo que Biden no podrá revertir serán las ejecuciones que la Administración Trump ha aprobado para sus últimas semanas en la Casa Blanca.
Desde 1963 y hasta el pasado julio, el Gobierno de EE.UU. -la justicia de cada estado va por otro lado- había ejecutado a solo tres personas condenadas a pena de muerte. Aquel mes, el fiscal general, William Barr , recuperó las ejecuciones federales, que llevaban paralizadas 16 años. Era en medio de las protestas raciales del verano, con mucha tensión en las calles, exigencias de recortes o abolición de la policía, y Trump enarboló la bandera de «ley y orden». Necesitaba recuperar su distancia en las encuestas frente a Biden, impulsado por los efectos de la pandemia de Covid-19.
El jueves fue ejecutado Brandon Bernard , de 40 años, en una cárcel federal de Indiana. Era un adolescente cuando en 1999, junto con otros cuatro miembros de una banda, mató a una pareja de religiosos que trabajaban con jóvenes. Otro de los participantes, Christopher Vialva , fue ejecutado en septiembre. Bernard es el ejecutado por pena de muerte más joven en los últimos 70 años, y su caso despertó mucho interés en EE.UU. Famosos como Kim Kardashian , mujer del rapero Kanye West , ambos cercanos a Trump, trataron de interceder ante el presidente para evitar su ejecución. Dos abogados muy conocidos, Alan Dershowitz y Ken Starr, se incorporaron al equipo legal de Bernard para buscar al menos un retraso en su ejecución. No tuvieron éxito.
Este viernes será el turno de Alfred Bourgeois , de 56 años. Torturó y mató a su hija de dos años en 2002. Con él, ya serán diez los ejecutados desde julio. Pero todavía hay otras tres ejecuciones previstas para el mes de enero, pocos días antes de que Biden jure su cargo, el día 20 de ese mes. El presidente electo está en contra de la pena de muerte, y su programa de justicia penitenciaria incluye propuestas legislativas para acabar con ella a nivel federal e incentivar a los estados a que hagan lo mismo.
Obstáculos para suprimir las ejecuciones
Es difícil que Biden consiga aprobar una ley que acabe con la pena de muerte, aunque sea solo en el nivel federal. El apoyo a imponer sentencias de por vida, en lugar de la pena capital, ha crecido en los últimos años, según una encuesta de Gallup de 2019. Ese año, por primera vez, había más estadounidenses que elegía la primera (60%) frente a la segunda (35%). Pero el apoyo entre los republicanos (58%) a favor de las ejecuciones hará muy complicada una reforma legislativa. A nivel estatal, Colorado se ha convertido este año en el 22º estado en abolir la pena de muerte.
La oleada de ejecuciones federales es histórica . Desde la década de 1920, en ningún año se han producido tantas, y eso que solo comenzaron en julio. Incluso en este periodo han superado a las ejecuciones estatales, que suelen ser más numerosas.
Trump ha sido un firme defensor de la pena de muerte . En 1989, abogó por que el estado de Nueva York impusiera el castigo para los llamados « Cinco de Central Park », un grupo de jóvenes negros e hispanos que fueron condenados por violar a una chica que hacía deporte en el parque neoyorquino. Trump compró páginas de periódicos para abogar por la pena capital después del ataque. Años después se demostró que se les condenó de forma injusta.
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