«No es posible ni deseable una sola voz en el islam»

ABC junta a un musulmán, una católica y un agnóstico para debatir sobre el terrorismo

Los tres participantes del debate, Ahmed Abburi, Gloria Moreno y Álvaro Bravo MAYA BALANYA

FRANCISCO DE ANDRÉS

Los recientes ataques terroristas en París han ensombrecido el clima de convivencia con la comunidad musulmana en Occidente. España no es una excepción aunque su situación no es tan compleja como la de Francia. Aquí los musulmanes —legales y sin papeles— no llegan a los dos millones, frente a los cinco millones del país vecino, y el fenómeno de los guetos urbanos solo se localiza en Ceuta y Melilla .

Ahmed Abburi , musulmán, llegó a España a los 11 años procedente de Marruecos. Hoy tiene 28 y cursa el último año de Derecho en la UNED. Colabora con la asociación cultural islámica Tayba, una de las muchas organizaciones que en España defiende los derechos de los residentes mahometanos. Gloria Moreno , 23 años, cursa el máster de acceso a la abogacía en el Centro Universitario Villanueva y se define como católica practicante. Álvaro Bravo , de 25 años, es graduado en Periodismo por la Complutense, donde actualmente cursa un máster en Periodismo Internacional; se considera agnóstico en materia de religión. Los tres han participado en una mesa redonda en ABC para expresar sus opiniones sobre el islam y la percepción que tiene su generación del fenómeno del terrorismo en nombre del Corán.

¿Son realmente musulmanes?

Después de los atentados yihadistas en París «creo que se están poniendo los medios para evitar que se repitan, pero los musulmanes tenemos aún muchos deberes por delante », afirma Ahmed, para quien sin embargo «preguntarse demasiado por las razones de los terroristas es caer un poco en la trampa: podemos acabar justificando sus crímenes». Gloria no comparte ese optimismo sobre el futuro del yihadismo en Occidente: «Por más medios que se pongan —advierte— los atentados son imprevisibles. La seguridad total no existe ».

Pero ¿son realmente musulmanes quienes se suicidan tratando de causar el mayor número posible de víctimas civiles? «Para mí, el vínculo de los terroristas con la religión musulmana es muy relativo —afirma Álvaro—, sobre todo cuando veo que las principales víctimas de Estado Islámico y de Al Qaida son también musulmanes». «Yo no lo veo como un choque de Oriente con Occidente sino como una pugna entre el fundamentalismo y quienes no piensan como ellos» , añade.

«Me gustaría creer que la mayor parte de los terroristas no son auténticos musulmanes, pero algo de islam debe haber en su conducta cuando ellos lo invocan constantemente y su mensaje tiene tanto eco en las redes sociales», argumenta Gloria. «Quizá luego ellos no son tan religiosos en su vida, pero quieren hacer creer a todo el mundo que sí lo son» matiza, al recordar detalles personales de algunos de los yihadistas que atentaron en París.

Ahmed cree que los terroristas «tienen una base ideológica que se nutre de las distintas corrientes de islam. Yo he tenido la oportunidad de visitar Arabia Saudí más de una vez. Ese país exporta la ideología salafista (islamismo radical), que es en parte la cuna ideológica del terrorismo». La crítica al sistema saudí sale en otros momentos de la conversación. Ahmed quiere subrayar que su asociación no guarda relación con el Centro Cultural Islámico (mezquita de la M-30), «que depende jerárquicamente de la embajada de Arabia Saudí, mientras que nosotros no dependemos de ningún gobierno».

Pero ¿existe un islam moderado?

Los clérigos y teólogos musulmanes de Occidente —ulemas e imanes— se han apresurado a condenar los ataques de París; pero el silencio en Oriente ha sido atronador. ¿No existe allí un islam moderado? «Sí, es cierto que muchos ulemas matizan, y que la repulsa no es general. Por ejemplo, en Arabia Saudí no ha habido declaraciones conjuntas de condena, ni se esperan . En ese país, los clérigos limitan su papel a tratar de asuntos triviales para evitar las cuestiones políticas, por los problemas que les puede crear el régimen», reconoce Ahmed.

Gloria también cree que existe un islam moderado —«convivimos con ellos en España mucho tiempo sin problemas», recuerda—; pero percibe problemas culturales de fondo, «por falta de voluntad para adaptarse a nuestras costumbres y valores cuando vienen a vivir en Occidente».

Álvaro, en cambio, se siente cómodo con el modelo multicultural. Cada cual con su religión «en el ámbito privado; me parece muy mal que un jefe de Estado haga apología de una religión en particular». Gloria protesta; «Pero esa mención a Dios en la vida pública es por ejemplo tradicional en Estados Unidos y nadie se queja». Álvaro se defiende: «Bien, bien, pero ha de ser la sociedad la que lo pida, no una persona o un régimen concreto».

Velo sí, velo no, en las escuelas

«Lo que menos me gusta del islam es su tratamiento de la mujer; la imposición de que no pueda vestirse como quiera o trabajar fuera del hogar », afirma Álvaro. «A mí no me parece mal que llevan la cabeza tapada si así lo quieren, pero no la cara por cuestiones de seguridad entre otras cosas —añade Gloria—; me parecen peores otras discriminaciones que sufren las musulmanas con el argumento de la religión».

«¡No es un precepto religioso!» replica Ahmed. «El velo es una opción para la mujer; sí deben ponerse en cambio medios para garantizar que una mujer no se vea obligada a ponerse una vestimenta u otra».

¿Y el caso de las menores de edad que van con velo al instituto? En Francia está prohibido, y en España permitido. «No creo en las prohibiciones, aunque a mí personalmente el velo no me gusta», opina Álvaro. «Sí, siempre que quieran las niñas y no por presión de los padres» advierte Gloria. «Bueno, cualquier padre participa en la educación de sus hijos, y elige la escuela a la que los lleva; no veo por qué no ha de poder participar en su vestimenta », replica Ahmed.

¿Quién se pone al teléfono?

Una autoridad reconocida por los 1.300 millones de musulmanes, que pueda dictaminar qué es pecado y qué no, y que afirme urbi et orbi (a la ciudad de La Meca y al mundo) que el tuercebotas que se suicida con un chaleco de explosivos va al infierno, y no a un cielo donde le esperan 72 vírgenes...

Gloria y Álvaro son de la misma opinión: «no sabemos si eso es posible, pero desde luego sería muy deseable ».

Ahmed echa un jarro de agua fría: «Una sola autoridad para todos los musulmanes es imposible, porque los textos coránicos prohíben que haya una iglesia y una jerarquía ». Para el hispano-marroquí «eso tiene sus desventajas, porque nunca habrá una sola voz en el islam y siempre habrá discrepancias», pero tiene ventajas; «no habrá fieles que abandonen su religión por las opiniones del clero». En suma, no es posible —«al menos entre los suníes, la corriente mayoritaria»- y tampoco es deseable; «Creo que es bueno que haya muchas voces».

Sharía, menú «halal» y hospitales femeninos

Muchas asociaciones musulmanas en Occidente están acusadas de defender agendas políticas que van más allá de la legalidad. «En mi opinión el objetivo de que las musulmanas sean solo atendidas por personal femenino en los hospitales es legítimo, igual que el que haya menú halal (acorde con las normas religiosas) en las escuelas», dice Ahmed. ¿Un menú halal para dos alumnos musulmanes y otro para los otros 80? «¿Por qué no? Mientras el Estado social se lo pueda permitir, me parece bien; además, los derechos no se otorgan, se ganan», responde.

«A mí en cambio no me parece bien», observa Gloria. «Es razonable que si un hospital público puede ofrecer a una musulmana una doctora lo haga, pero otra cosa es que la estructura sanitaria se cree ya desde un principio con ese canon de la ley islámica que distorsiona nuestra sociedad». Álvaro es de la misma opinión: «No es labor del Estado hacer una sanidad o una educación que se establezca por separación de género; eso es tarea de la iniciativa privada, y el que lo quiera que lo pague» .

«Si vienen a nuestra casa, tienen que adaptarse a nuestras reglas» , añade Gloria. «¿Cuáles ?—replica Ahmed—, que yo sepa Europa ya no tiene unos valores comunes. La Unión Europea se ha construido de espaldas a muchos valores cristianos, así que no entiendo el argumento de que la Europa cristiana lo que tiene que hacer es revivirlos para luchar contra el islam. Me parece ridículo por eso que Estonia diga que solo acogerá a inmigrantes cristianos».

El caldo de cultivo de los guetos

Los ataques terroristas en París han vuelto a poner bajo los focos la situación de las barriadas europeas casi exclusivas para musulmanes. «No creo que vivan en los suburbios por gregarismo —afirma Álvaro—, si lo hacen es por necesidad de viviendas baratas». «Esa puede ser una de las razones, pero imagino que también les mueve el hecho de que se sienten más cómodos viviendo con personas que comparten su misma religión y sus costumbres», observa Gloria.

«En España gracias a Dios no hay guetos musulmanes, salvo quizás en Barcelona », opina Ahmed. «Hay que evitarlos porque el caso francés es el modelo a no repetir. En Francia hay casos de jóvenes musulmanes que tienen que cambiarse de nombre para poder acceder a un empleo. Ahí está el caso de Benzema , que se crió en una barriada musulmana de Francia y no está a la altura de un deportista de elite del que se espera ejemplaridad»..

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación