Nicaragua y Cuba utilizan la inmigración para presionar a EE.UU.
Daniel Ortega elimina la visa para los cubanos, que podrán viajar libremente a este país y de aquí hacia EE.UU.
Se produce en un momento de gran inestabilidad en Cuba, en el que un éxodo masivo beneficiaría al régimen
El Gobierno de Nicaragua anunció el 23 de noviembre una medida que podría elevar aún más las tensiones con EE.UU.. Las autoridades nicaragüenses anunciaron que los cubanos no tendrán que solicitar una visa para entrar al país. A través de un comunicado oficial, se informó que la medida tenía como fin el de promover «el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria». Pero también significa una vía de escape para los cubanos que quieren escapar de la crisis y la represión que se vive en la isla, acentuada en los últimos años.
El flujo de migrantes cubanos a Nicaragua se incrementó a partir de 2019, cuando Daniel Ortega flexibilizó los requisitos para los migrantes de dicho país. Los datos oficiales arrojaron que unas 44.000 personas llegaron a Nicaragua provenientes de La Habana, una cifra mayor si se compara con años anteriores. Y que podría incrementarse ahora de forma significativa.
En Nicaragua, la medida ha sido recibida por los analistas como un revés en la política hermética del régimen , que incluso ha ordenado reprimir a los migrantes en las fronteras nicaragüenses. El caso más reciente ocurrió en 2015, cuando el Gobierno de Ortega envió tropas militares para impedir el acceso al país a más de 2.000 personas, la mayoría de ellas cubanos. La crisis se extendió durante meses y escaló tanto que otros países de Centroamérica crearon un puente aéreo que funcionó entre enero del 2016 hasta el 2017.
Una medida «hostil»
Algunos ven en esta decisión de Ortega una forma para presionar al Gobierno de Joe Biden . El anunció de la medida para retirar, cuyo anuncio coincidió con el nombramiento de un nuevo embajador de Nicaragua en Cuba, Sidhartha Francisco Marín Aráuz , se ha producido poco después de que Washington condenara la reelección del presidente Daniel Ortega, quien ha sido un aliado del Gobierno cubano durante sus dos períodos en el poder. Así como con la intensificación de las sanciones contra funcionarios del régimen, así como el matrimonio presidencial –a quienes se les ha prohibido el acceso a EE.UU.–.
Las reacciones desde EE.UU. no se hicieron esperar. El senador republicano Marco Rubio, de origen cubano, calificó la decisión de Ortega como un «acto hostil» que «el régimen Ortega-Murillo esté ayudando a la dictadura cubana al eliminar los requisitos de visa para instigar la migración masiva hacia nuestra frontera sur ».
Un posible éxodo masivo
La medida se produce en un momento en el que se podría desencadenar un éxodo masivo de cubanos a través de Centroamérica. Una nueva oleada migratoria que resultaría muy conveniente para el régimen cubano como forma de aliviar las presiones y malestar social internos después del estallido popular del 11 de julio y la convocatoria de manifestaciones antigubernamentales como la del 15 de noviembre –la Marcha Cívica por el Cambio–.
Inmediatamente después del anuncio, decenas de cubanos se dirigieron a las oficinas comerciales para adquirir pasaje para viajar a Managua, llegando incluso a desarrollar una protesta en las oficinas de las aerolíneas Copa y Conviasa tras informarles que, por el momento y de manera indefinida, no se venderían los pasajes de avión hacia el país centroamericano por la falta de vuelos.
En los últimos años, las vías de escape de los cubanos han transcurrido por países como Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México, hasta llegar a los EE.UU. El libre visado a Nicaragua, les permitiría ahora acortar la distancia.
En las más de seis décadas de dictadura en la isla, más de dos millones de cubanos han emigrado.Los mayores éxodos se han desarrollado en medio de las peores crisis económicas y de represión política. En 1980, a través del puerto de Mariel se estima que salieron del país hacia EE.UU. unos 125.000 cubanos. Una década después, miles de balseros cubanos se lanzaron al mar para llegar al mismo destino. Tanto en su huida por mar y por tierra, han muertom miles de personas. En septiembre de 2021 falleció una cubana de 25 años al intentar cruzar el río Bravo, que separa a México de EE.UU.. Otros han perdido la vida en la peligrosa selva del Darién, en la frontera colombo-panameña, la cual ha sido atravesada por más de 10.000 cubanos desde enero, según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
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