Dos muertos en un ataque yihadista con cuchillo en el este de Francia

Al grito de «¡Allah akbar!», (Alá es más grande) , un hombre de 33 años, musulmán de origen sudanés, mató ayer a dos personas e hirió gravemente a otras cinco, en la localidad de Romans-sur-Isère (33.500 habitantes), al sur este de Francia.

A la espera de que la fiscalía dé a conocer su propia versión judicial de la matanza, Christophe Castaner , ministro del Interior, y varios sindicatos de policía no dudaron en declarar que se trata de otra matanza consumada en nombre del fanatismo yihadista más palmario y ensangrentado.

El asesino irrumpió en un bar del centro de la ciudad, asaltó y asesinó al propietario con un cuchillo, cortándole el cuello. Mientras la esposa del muerto intentaba socorrer a su esposo, en el suelo del establecimiento, ensangrentado, el fanático se tiró a la calle, corriendo, asestando cuchilladas a quien se encontraba a su paso, antes de ser detenido, cerca de la panadería donde volvió a matar y herir de muerte.

La policía local detuvo con relativa rapidez al asesino, que comenzó presentándose como Ahmed O., o Abdallah H.O. Con esa presunta identidad, la policía no tenía fichado a ningún sospechoso. La policía judicial ha abierto una investigación para intentar «comprender» la matanza de un fanático asesino que comenzó a gritar, cuando fue detenido: «¡Mátenme. Mátenme..!».

Hace apenas seis meses cortos, otro asesino fanático fue el autor de otra matanza en el corazón policial de Francia, a trescientos metros de la catedral de Notre Dame, siempre en obras. Aquel siniestro personaje tenía muchos amigos en varias mezquitas de la periferia de París. El autor de la matanza de Romans-sur-Isère, el domingo, vivía en la misma localidad, en una región donde el islam más fanático lleva años progresando, en el departamento del Drôme, en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, a caballo entre dos feudos del islam francés, la región de Lyon y la Costa Azul más pobre.

Christophe Castaner, ministro del Interior, comenzó por declarar su «íntima convicción» del carácter terrorista, yihadista, de la matanza de Romans-sur-Isère, antes de matizar que «corresponde a la autoridad judicial establecer con precisión el carácter exacto del crimen».