Un muerto en la detención de los líderes de los milicianos okupas de Oregón
Los hermanos Mundy y su grupo de seguidores armados llevaban semanas atrincherados en un refugio de propiedad federal y habían desafiado al Gobierno, al que acusan de abusar de los ganaderos locales
![El líder de los ganaderos rebeldes, Ammon Bundy, en una imagen de archivo en el refugio federal ocupado](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2016/01/27/bundy-afp--620x349.jpg)
Una persona murió hoy en una operación policial contra una milicia armada que había ocupado instalaciones del Gobierno en un parque natural del estado de Oregón (oeste de EE.UU.) y cuyos cabecillas y varios miembros más fueron detenidos. La Policía estatal de Oregón y la Oficina Federal de Investigación (FBI) informaron en un comunicado conjunto de la muerte de una de las personas a las que se iba a proceder a detener, y explicaron que durante la operación, que tuvo lugar en una carretera a las afueras de Burns (Oregón), «se produjeron disparos».
Otras seis personas, entre ellas los cabecillas de la milicia, fueron arrestadas, cinco en la misma operación en la carretera y la sexta en la localidad de Burns . A los seis se les acusa de «conspiración para obstruir la labor de los agentes federales».
En la operación en la que falleció uno de los sospechosos, las autoridades obligaron a detenerse al vehículo en el que viajaban los miembros de la milicia, ante lo cual se registró un tiroteo, pero por el momento se desconoce quién fue el primero en disparar. El pasado 2 de enero, los milicianos armados tomaron un edificio de la reserva natural de Malheur como parte de una protesta surgida en la cercana localidad de Burns en apoyo a dos rancheros condenados por realizar quemas en un terreno rural del Gobierno sin permiso.
Desde entonces, se les han unido otras personas provenientes de todo el país, y los amotinados han organizado varios encuentros con la población local para defender su posición y lanzar proclamas contra lo que consideran los abusos y el autoritarismo del Gobierno federal estadounidense. Al frente de los amotinados se encontraban los hermanos Ammon y Ryan Mundy, hijos del ranchero de Nevada Cliven Bundy , conocido por llevar años desafiando al Gobierno al negarse a pagar por que sus reses pasten en terrenos federales.
Ambos hermanos fueron detenidos en la operación de hoy, y Ryan resultó herido aunque de poca gravedad. El desencadenante de la protesta fue la condena emitida contra dos rancheros de Oregón, Dwight Hammond y su hijo Steve, por haber hecho quemas no autorizadas en terreno federal en 2001 y 2006.
En un principio, los Hammond fueron condenados a tres meses de prisión el padre y a un año el hijo, penas que cumplieron, pero en octubre pasado un tribunal de apelaciones consideró que el castigo era demasiado clemente y lo aumentó en cerca de cuatro años más cada uno, ya que las leyes federales castigan el incendio provocado con al menos cinco años de prisión.
Caza furtiva
Los Hammond defienden que prendieron los fuegos en su propiedad para evitar la penetración de plantas invasoras, pero la versión del Gobierno en el juicio fue muy diferente: se dedicaban a la caza furtiva y otras actividades ilegales y provocaron los incendios para borrar pruebas.
Los Hammond son para los milicianos personas acosadas por el Gobierno y tratadas como «terroristas» sin merecerlo. Pero el motivo de fondo de la protesta es la reivindicación del derecho de la gente al uso gratuito de los terrenos gubernamentales, algo que los milicianos consideran un principio constitucional que deben defender «frente a la tiranía» del Gobierno central.
En las protestas de Burns, una área montañosa extremadamente remota del oeste estadounidense, se encuentran personas armadas pertenecientes a milicias autorreguladas, inspiradas en las fuerzas insurgentes que surgieron casi espontáneamente y se enfrentaron a los británicos por la independencia, declarada en 1776. Estas milicias armadas modernas, de corte conservador y antisistema, justifican su existencia en el texto de la Segunda Enmienda de la Constitución que habla de una «milicia bien regulada» y el derecho a portar armas, aunque en un contexto de finales de siglo XVIII.