Un muerto demasiado vivo, el extraño «caso Bábchenko»
La pantomima del asesinato del periodista ruso ha puesto en cuestión su credibilidad y la de las autoridades de Ucrania
Nadie comprende todavía por qué era necesario simular el asesinato del periodista ruso exiliado en Ucrania, Arkadi Bábchenko , como treta para desarticular un supuesto atentado contra él del FSB, la inteligencia rusa, en fase de preparación. Todo el mundo espera explicaciones, pero el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), los servicios secretos, siguen sin aclarar nada y tampoco lo hacen las autoridades del país.
La exasperación general está llevando a que sobre Bábchenko caiga una autentico aluvión de críticas y reproches, sobre todo de los colegas rusos también críticos con el presidente Vladímir Putin , y de las organizaciones de prensa internacional. El «resucitado» se está viendo obligado a justificarse una y otra vez, pero no logra convencer.
«Todos están diciendo que esto fulmina la confianza en los periodistas, pero ¿qué habrían hecho en mi lugar si vienen a verte y te dicen que te van a matar?», se preguntaba el reportero el jueves en Kiev ante colegas rusos, ucranianos y de otros países.
«Cuando me dijeron que andan detrás de mí para liquidarme, pensé en hacer las maletas y desaparecer al Polo Norte (...) pero Skripal -el ex agente ruso envenenado en el Reino Unido- también trató de esconderse», explicó Bábchenko. Insiste en que no tuvo más remedio que seguir el plan que le habían elaborado los servicios secretos ucranianos.
Sangre de cerdo
El reportero, que llegó a la cima como corresponsal de guerra después de su paso por Chechenia como militar, relató cómo prepararon el simulacro de homicidio. «Era necesario que quienes buscaban mi muerte recibiesen la noticia de que el asesino ya había conseguido su objetivo», aseguró. Para ello, en la noche del martes, «fui maquillado y se utilizó sangre de cerdo».
Fingiendo estar muerto, se hicieron las fotos que se distribuyeron a los medios de comunicación. «Me llevaron en la ambulancia hasta el depósito de cadáveres y se certificó mi defunción», relató. Una vez allí, «se abrió una puerta, resucité, me lavé, cambié de ropa y miré las noticias sobre mi muerte de tres balazos en la espalda».
Los mensajes de condolencia se sucedieron desde todo el mundo, Rusia incluida. La noticia causó una enorme conmoción entre sus colegas. La presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko , llegó a manifestar que, pese a su labor crítica contra las autoridades de Moscú, «Bábchenko fue un soldado que combatió en el Ejército ruso y nos haremos cargo de ayudar a su familia», numerosa y constituida por seis menores adoptados.
Pero, el miércoles, un día después de ser difundida la noticia sobre su muerte, el periodista ruso apareció en rueda de prensa para desvelar que todo había sido un montaje con el objetivo de desarticular la conspiración y arrestar a sus autores. «Lo siento, no había otra forma de hacerlo (...) todo lo que pretendía es seguir vivo y salvar a mi familia. No había otra cosa en mi cabeza, la ética periodística era lo último en lo que pensaba», aseguró Bábchenko con lágrimas en los ojos y pidiendo perdón de forma reiterada, a su mujer en primer lugar que, al parecer, no estaba al corriente del sainete.
Asesinar a 30 periodistas rusos
Según sus palabras, era muy plausible lo que le había dicho sobre el complot gestado en Rusia para eliminarle, ya que Putin «es responsable de varias guerras y miles de muertos. He enterrado a familiares, colegas y amigos por su causa».
Junto a Bábchenko, en la primera comparecencia ante los medios, el jefe del SBU, Vasili Gritsak , dio cuenta de la detención del principal sospechoso, que fue posible, según él, gracias a la pantomima del falso crimen. Pero no aclaró de qué manera ayudó tal mascarada y de ahí la estupefacción general. El secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire , cree que «es penoso y lamentable que los servicios de seguridad ucranianos hayan jugado con la verdad, independientemente de cuál sea el motivo».
Por su parte, Philippe Leruth, presidente de la Federación Internacional de Periodistas, considera que «se ha socavado seriamente la credibilidad de la información» y el secretario general, Anthony Bellanger, piensa que «es intolerable mentir a los periodistas de todo el mundo y engañar a millones de ciudadanos que se sintieron conmovidos» por el fingido fallecimiento de Bábchenko.
El arrestado, que el jueves se supo que es un tal Borís Herman , director de la filial ucraniana de la firma alemana Schmeisser, la única fábrica privada que produce armas en Ucrania, según informó Gritsak, iba a recibir dinero de su contacto ruso para adquirir 300 fusiles de asalto Kaláshnikov, explosivos y mucha munición. Todo ello con la finalidad de crear una base en la parte central de Ucrania desde donde se actuaría para asesinar a 30 periodistas rusos críticos con Putin y también exiliados en Kiev, entre ellos algunos tan conocidos como Matvéi Ganapolski y Evgueni Kisiliov.
El sicario
Pero, en lo que se refiere en concreto al presunto intento de asesinato de Bábchenko, Herman recibió 40.000 dólares (unos 34.000 euros), de los que entregó 25.000 euros al que debió haber sido el ejecutor del atentado, un antiguo combatiente en el conflicto con los separatistas del este del país.
Como intermediario, de acuerdo con lo expuesto por Gritsak, intervino un policía ucraniano infiltrado por el SBU , que recibió 10.000 dólares (8.500 euros) por su gestión y además grabó en secreto la transacción con Herman. Por eso, si ya se sabía quién encargo el asesinato, nadie entiende por qué, teniendo la prueba del vídeo, no se le detuvo entonces. ¿Para qué hizo falta montar el simulacro del homicidio de Bábchenko?
El fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko , ya declaró el miércoles que operaciones de simulacro parecidas suelen ser «habituales» para desenmascarar tramas criminales. Lutsenko sitúa en Rusia el origen del contubernio. El diputado ucraniano, Antón Gueráshenko , consejero del Ministerio del Interior, afirma que la escenificación de la muerte falsa de Bábchenko «fue necesaria para establecer la cadena desde el asesino hasta quienes l contrataron». Según sus palabras, «Sherlock Holmes utilizó con éxito el método de la puesta en escena de su propia muerte para dilucidar eficazmente crímenes complicados». Lo cierto es que el presidente del país, Piotr Poroshenko, calificó de «brillante» la operación de simulacro del SBU. Desde Moscú, sin embargo, se ha tachado el enredo de «provocación antirrusa».
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