La muerte de una joven en su hotel tras ser drogada y violada conmociona a Miami Beach
Dos detenidos por un suceso trágico que se suma al caos del ‘spring break’ en la ciudad playera del sur de Florida
Leído ahora, el mensaje que Christine Englehardt publicó en Facebook hace dos años parece una macabra premonición: «Desgraciadamente, este es ahora un mundo peligroso y nunca sabes cuáles son las verdaderas intenciones de alguien». Englehardt, de 24 años, estudiante de Enfermería y encargada de una pizzería en los suburbios de Filadelfia, fue hallada muerta y semidesnuda en la habitación de un hotel de Miami Beach tras haber sido presuntamente drogada y violada por dos individuos, ya detenidos.
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La mujer, de 24 años, había viajado sola al sur de Florida para pasar unos días de vacaciones y se investiga si su muerte se debió a una sobredosis. Los sospechosos, Evoire Collier , de 21 años, y Dorian Taylor , de 24, habían llegado desde Carolina del Norte y, según la declaración a la Policía del primero de ellos, ambos habrían conocido a la joven en un restaurante y el segundo le habría proporcionado una píldora verde mientras caminaban por la popular Ocean Drive, una calle frente a la playa famosa por sus bares y restaurantes.
A falta de lo que determine el examen de los forenses sobre las causas del deceso, ambos están acusados de drogarla y violarla, así como de robarle la tarjeta de crédito mientras estaba inconsciente. Según la Policía, un vídeo muestra después a ambos usando la tarjeta para comprar alcohol en una licorería.
El suceso, que ha causado honda conmoción tanto entre los allegados de la víctima en Pensilvania como en Florida, se produjo en medio del caos vivido en Miami Beach durante el ‘spring break’ , las vacaciones estudiantiles de primavera en Estados Unidos, que miles de jóvenes del resto del país aprovechan para disfrutar de las famosas playas y el ambiente festivo de este célebre destino turístico.
Un destino turístico fuera de control
Pese a que la pandemia de Covid-19 está lejos aún de haberse disipado en el sur de Florida, multitudes de personas ávidas de juerga acudieron a Miami Beach, especialmente en torno a Ocean Drive, y las autoridades se vieron desbordadas. La Policía empleó el pasado sábado bolas de pimienta para dispersar a cientos de jóvenes, la mayoría sin mascarilla, lo que a su vez desató una gran estampida. La situación se salió de control y hubo disparos, peleas en la calles y destrozos en restaurantes. En estos días se han producido más de mil detenciones y se han confiscado numerosas armas.
El descontrol llevó al ayuntamiento de Miami Beach a declarar el estado de emergencia y, entre otras medidas, imponer un toque de queda en la zona más afectada entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, que se ha extendido a todos los fines de semana al menos hasta el 12 de abril.
La situación preocupa en Miami Beach, que vive en gran medida del turismo y que ve cómo su imagen de glamur degenera en un ambiente de violencia y anarquía que no favorece a los negocios. «Demasiada gente viene a nuestra ciudad y demasiada gente viene con malas intenciones», ha declarado el alcalde de la localidad playera, Dan Gelber .
La trágica muerte de la joven Christine Englehardt añade sombras a ese panorama turbio. «Ella era la última persona de la que tú esperarías nada como esto que le ha pasado», asegura su amiga Samantha DiFrancesco, que ha organizado una colecta para pagar su funeral y que ya ha recaudado más de 35.000 dólares, según informa el diario ‘Miami Herald’. «Tenía una de esas risas que podrían iluminar una habitación entera», recuerda.
