Muere Margot Honecker, la viuda de la RDA
La mujer del histórico dirigente comunista Erich Honecker ha muerto a los 89 años en su exilio voluntario en Chile
Margot Honecker , la viuda oficial de la RDA , ha muerto sola, a los 89 años de edad, en su exilio voluntario en Santiago de Chile donde ella y su marido fueron aceptados como refugiados de carácter humanitario. Desde 1963 hasta 1989, el año en que la Alemania comunista hizo implosión, fue ministra de Educación del Pueblo y con ello responsable de la formación de generaciones de alemanes del este, marcadas por la temprana escolarización, la inclusión de formación paramilitar en las escuelas y la selección de candidatos a estudios universitarios a partir de criterios de partido.
El hecho de pertenecer al Comité Central del Partido Comunista y, sobre todo, el estar casada con Erich Honecker , secretario general del partido y presidente del Consejo de Estado, le otorgaba además un poder bastante más amplio y sutil que el que determinaba su cargo de ministra, lo que le permitió desarrollar un estilo de poder moral y estéticamente basado en la perfección del autoritarismo. Incluso a su chofer durante 15 años, Georg Melzer , solía darle órdenes sentada siempre en el asiento del copiloto. «Vaya situándose en el carril de la izquierda, camarada», iba indicando en el trayecto hacia su chalet adosado de dos pisos en una urbanización de Wandlitz a la que acudían regularmente su masajista privado, su modista personal, su esteticista y su peluquera. Su última voluntad es que la urna con sus cenizas «sea depositada en el Monumento a los Socialistas en Friedrichsfelde, en un nicho sellado con una placa de mármol en la que se escriba con letras doradas «Margot Honecker 1927-2016».
Pese a la imagen de omnipotencia que desplegaba a su alrededor, nunca se sintió del todo segura. Llevaba siempre una pistola en el bolso y jamás cultivó amistades ni confidencias. Su secretaria revelaría más tarde que «no sabía si odiaba más la Perestroika de Gorbachov o a su esposa Raisa» y que «le gustaba que se refiriesen a ella como la madre de la nación».
Sin dinero para taxis
«Más bien la madrastra», corrige a menudo Wolf Biermann, artista disidente que la conocía desde la infancia. Los padres de Margot, comunistas, pasaron por campos de concentración nazis y, cuando falleció su madre en 1940, los Biermann la acogieron en su casa, tratándola como a una hija más. Pero eso no impidió que en los años 60, cuando las canciones de Wolf comenzaron a criticar la igualdad social de cartón piedra que sostenía a los Honecker, ella diese personalmente la orden de «desnacionalizar» al cantante durante un viaje de este a Occidente para dar un concierto en Colonia.
Nunca aceptó la reunificación de Alemania y para ella la caída del Muro de Berlín fue «un suceso» alentado por agentes de Occidente apoyados por «traidores». Una de sus últimas apariciones públicas tuvo lugar en 2014, durante la llamada Fiesta de los Abrazos, un encuentro que organiza cada mes de enero el Partido Comunista chileno para recibir el Año Nuevo. Pidió que la fueran a buscar, explicando que la pensión de jubilación de ex funcionaria que siguió recibiendo hasta el final de sus días, de 1.600 euros mensuales, no daba para tomar muchos taxis.