Mnangagwa, el vencedor de las elecciones de Zimbabue pide un «nuevo comienzo» y unidad
El líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Nelson Chamisa, no acepta los resultados electorales
Emmerson Mnangagw a, de 75 años, fue elegido presidente de Zimbabue en unas históricas elecciones, las primeras sin el nombre de Robert Mugabe en las papeletas desde la independencia del país en 1980. El candidato del partido gobernante (ZANU-PF) obtuvo el 50,8% de los votos (4,8 millones de votos) frente al 44,3% (2,14 millones de votos) que logró su principal rival Nelson Chamisa del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC). Mnangagwa necesitaba superar el 50% de los votos para evitar una segunda vuelta.
El ZANU-PF seguirá al frente del ejecutivo 38 años después la independencia del Zimbabue a pesar del cambio de líder y tras protagonizar un tenso pulso político. El que fuera mano derecha del expresidente Mugabe se impuso en seis de las diez provincias , dominando las áreas rurales. Por su parte, el líder del MDC obtuvo la mayoría de los votos en áreas urbanas como la provincia de Harare (548.848 por 204.710 de Mnangagwa) y en Bulawayo (144.107 por 60.168 del líder del ZANU-PF); el joven líder del MDC se impuso también en la provincia rural, Manicaland, donde nació su antecesor Morgan Tsvangirai, por poco más de 3.000 votos.
Tras su victoria por un margen más justo de lo esperado, Mnangagwa anunció «un nuevo comienzo» tras su primera elección democrática y dijo sentirse honrado y agradecido; además apeló a la unidad: «Aunque es posible que hayamos estado divididos en las urnas, estamos unidos en nuestros sueños. Este es un nuevo comienzo . Unámonos, en paz, unidad y amor, ¡y juntos construyamos un nuevo Zimbabue para todos!». Durante su campaña, afirmó que en los siete meses como jefe de gobierno aseguró la inversión de miles de millones de dólares de compañías internaciones, en un intento por resucitar la maltrecha economía del país. Sin embargo, la economía no ha notado cambio alguno. En el frente diplomático, Mnangangwa dice que ya ha iniciado conversaciones con países como Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia para que Zimbabue vuelva a la escena internacional después de décadas en la sombra.
La oposición rechaza los resultados
Chamisa dijo el viernes que su partido rechazaba los resultados de las elecciones presidenciales, minutos antes de que el presidente Mnangagwa fuera declarado ganador . El portavoz del MDC, Morgen Komichi , anunció que el su partido no pudo verificar los resultados: «Son falsos, no son auténticos, los rechazamos. Llevaremos esto a los tribunales», dijo el Komichi antes de que la policía se lo llevase.
El partido gobernante obtuvo una mayoría de dos tercios en el parlamento, después de barrer en los distritos rurales (con 145 escaños frente a los 63 del MDC), lo que le permitirá cambiar la constitución a voluntad. Su rival, Chamisa, quien ganó en la mayoría de los centros urbanos, aceptó los resultados parlamentarios.
Tensión y amarga rivalidad
La rivalidad entre los dos principales candidatos a la presidencia se exacerbó por la violencia durante la espera de los resultados electorales entre las fuerzas del orden y los partidarios de la oposición que terminó con la vida de seis personas, según confirmó la policía. Mnangagwa y su partido acusaron en un primer momento a la oposición de incitar a la violencia . Sin embargo, al día siguiente de los altercados el candidato del ZANU-PF cambio de discurso y anunció un intentó de acercar posturas con su principal opositor con el fin de tratar de calmar las tensiones. «Es más importante que nunca que estemos unidos, y nos comprometemos a resolver nuestras diferencias de manera pacífica y respetuosa, y dentro de los límites de la ley«, dijo el «cocodrilo».
Por su parte, el líder del MDC negó dicho acercamiento y tildó al gobierno de violento después de la ofensiva militar contra sus partidarios: «Tenemos civiles desarmados siendo atacados», dijo Chamisa desde el hospital donde se encontraban algunos heridos . En su primera aparición pública desde la votación del lunes, el candidato de la alianza de la oposicón instó a sus seguidores a mantener la calma y esperar para las «celebraciones masivas» por su victoria. «El señor Mnangagwa sabe que ha perdido las elecciones, si hubiera ganado el resultado se habría anunciado hace mucho tiempo», declaró a pesar de no poder aportar pruebas porque «violaría la ley».
Detenidos en la oposición
La tensión creció cuando la policía irrumpió en la sede del MDC y detuvo a 16 personas . Durante la jornada del jueves los medios locales se hacían eco de una supuesta investigación policial sobre dos pesos pesados del partido: Chamisa y Tendai Biti, sospechosos presuntamente de incitar a la violencia y de «posesión de armas peligrosas» y «violencia pública», según una copia de la orden de registro que vio The Associated Press. Dicha orden autorizaría a la policía a buscar y confiscar cualquier evidencia como parte de su investigación. Las fuerzas del orden habían acordonado las oficinas a primera hora de la mañana del jueves y las tropas despejaron las calles del centro de la capital, Harare.
Condena de la comunidad internacional
La oposición, los activistas de los derechos humanos y los observadores electorales internacionales condenaron la fuerza «excesiva» utilizada para disuadir las protestas e hicieron un llamamiento de calma y pidieron que moderaran sus discursos a todas las partes. «Denunciamos categóricamente el uso excesivo de la fuerza contra civiles desarmados», dijo el expresidente ghanés John Mahama en un comunicado en nombre de la Commonwealth, grupo de antiguas colonias británicas al que Mnangagwa esperaba volver a unirse. Mientras las Naciones Unidas y la Unión Europea pidieron moderación y calma, Gran Bretaña dijo que estaba «profundamente preocupada» por los actos violentos. Para los expertos, el uso de soldados para controlar la capital confirma las sospechas de que los generales que derrocaron a Mugabe, liderados por el vicepresidente Constantino Chiwenga , siguen al mando.
La opinión de la comunidad internacional sobre las elecciones es crucial para que se levanten sanciones internacionales impuestas durante la era Mugabe, mejorar las relaciones internacionales después de décadas de hostilidad y asegurar los miles de millones de dólares de fondos de donantes e inversores necesarios para reconstruir su economía.
Por su parte, Mnangagwa pidió una «investigación independiente» sobre la violencia en Harare y dijo que los responsables «deberían ser identificados y llevados ante la justicia». Además, trasladó sus condolencias a las familias de los muertos.
Votación pacífica, espera violenta
Las protestas violentas estallaron en Harare el miércoles, cuando presuntos partidarios de la Alianza MDC salieron a la calle a protestar por un supuesto el fraude electoral tras el anuncio de la victoria en el parlamento del ZANU-PF. El gobierno respondió desplegando a la policía y a los militares para intentar disuadir a los manifestantes quienes destruyeron propiedades, quemaron neumáticos y lanzaron ladrillos contra los tanques. Como consecuencia de estos enfrentamientos murieron, al menos, seis personas, 14 personas resultaron heridas y más de 20 personas fueron detenidas . Se trata del primer despliegue militar desde el golpe que forzó la renuncia de Robert Mugabe en noviembre; en aquella ocasión los soldados fueron recibidos como héroes.
Se espera que las elecciones del lunes, que se desarrollaron pacíficamente, fueran la confirmación de la legitimidad del gobierno post-Mugabe y terminaran con el aislamiento diplomático. Sin embargo, la irrupción de violencia en la escena política frustra las esperanzas de Mnangagwa de reparar la imagen de un país que se había convertido en sinónimo de represión política, corrupción y colapso económico bajo su predecesor a pesar de haber sido una de las economías más prometedoras de África. Su población de 13 millones está luchando contra la escasez de divisas, el desempleo por encima del 80 por ciento y la falta de inversión extranjera.
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