Un minero chileno da algunos consejos a los niños atrapados en Tailandia

Omar Reygadas, que permaneció atrapado en el fondo de una mina en Chile durante 69 días en el 2010, ha recordado su propia experiencia y ha dado algunas sugerencias a los jóvenes

Omar Reygadas, uno de los mineros chilenos, en el momento de su rescate AFP

El minero chileno Omar Reygadas ha enviado un mensaje a los 12 niños y su entrenador atrapados en una cueva inundada en Tailandia: «no pierdan la esperanza de que serán rescatados y ayúdense mutuamente» .

Reygadas sabe de lo que habla. Junto con 32 compañeros, permaneció atrapado en el fondo de una mina en Chile durante 69 días en 2010 y su rescate se volvió en una hazaña seguida alrededor del mundo.

«Me parece que es algo terrible para ellos, son pequeños», ha dicho Reygadas a The Associated Press sobre el caso del equipo de futbol atrapado en la cueva tailandesa. «Pero yo creo que muchachos con mucha fuerza van a lograr estar enteros para cuando les toque la salida».

Para el minero, mantener el ánimo dependerá del entrenador, que tal y como ocurre en una cancha es el responsable de motivar al equipo.

«Si es una persona motivadora, creo que los va a motivar para que se mantengan en buen estado y con fuerza para salir y esperar el momento de ser rescatados», ha dicho.

Reygadas y 32 compañeros permanecieron encerrados en el fondo de una mina en el desierto de Copiapó, 800 kilómetros al norte de Santiago, a casi 700 metros bajo tierra. Lograron ser rescatados en el interior de una cápsula construida especialmente para ellos, la cual se introdujo verticalmente por un estrecho túnel que los devolvió a sus familias.

La mina San José, en el interior del desierto de Atacama, se derrumbó el 5 de agosto de 2010 y los mineros lograron ser rescatados a mediados de octubre.

Reygadas ha dicho que los niños n o deben tener «vergüenza de sentirse asustados , porque nosotros también estuvimos asustados, también nos corrieron nuestras lágrimas. Siendo hombres adultos, lloramos».

También ha señalado que «el llanto es un buen camino, un desahogo para ellos si están asustados, el no demostrar una valentía que les puede hacer daño». Según Reygadas, para los mineros fue fundamental la fe y la oración diaria, mantenerse unidos, apoyarse y acompañarse unos a otros.

Ha recordado que «a veces nos deprimíamos, a veces dudábamos (de que serían rescatados), pero lo que nos hacía tomar fuerzas nuevamente era la fe en Dios, la fe en la gente que estaba afuera, trabajando para sacarnos». Para no decaer y seguir adelante en la larga espera, también recurrieron a la risa y los chistes.

Reygadas ha enviado además algunas palabras para los rescatistas y los buzos que la noche del lunes lograron llegar hasta el pequeño islote donde están los 12 muchachos de entre 11 y 16 años y su entrenador. «Trabajen con fe, con confianza, que su trabajo es lo que va a lograr sacar a esos muchachos. Tienen que hacerlo con el alma, con el corazón, como trabajaron nuestros rescatistas acá en Chile», les ha dicho.

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