Militares ucranianos y cientos de civiles se refugian en una planta química de Severodonetsk
Azot puede convertirse en una nueva Azovstal, la acería de Mariúpol que sufrió semanas de duro asedio de las tropas rusas
Rusia, a punto de controlar la ciudad clave de Severodonetsk
Severodonetsk y el oro (negro) de Moscú
Militares ucranianos y cientos de civiles se refugian en las profundidades de Azot , una planta química de Severodonetsk, en la provincia de Lugansk , despertando los temores de que se convierta en una nueva Azovstal, la acería de Mariúpol que sufrió un terrible asedio por parte de las tropas rusas durante varias semanas, antes de ser evacuada. Según informaciones del Ministerio británico de Defensa, los del Kremlin han reclamado a los ucranianos que depongan las armas, pues la resistencia en Azot impide el control total de Severodonetsk, una ciudad clave para que las tropas rusas avancen en la invasión del Donbass.
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Por su parte, fuentes prorrusas han elevado la cifra de civiles refugiados a 1.200 personas. «Cerca de 1.000 o 1.200 civiles de Severodonetsk podrían estar en la planta química de Azot», ha afirmado Rodion Miroshnik, un portavoz de la separatista República Popular de Lugansk, a través de un mensaje en Telegram.
Corredor fallido
Las milicias separatistas de la autoproclamada República Popular de Lugansk (LNR) acusaron hoy a las tropas ucranianas defensoras de la planta química Azot, en Severodonetsk, de haber «reventado» la evacuación de civiles de del interior de la factoría. Ayer martes, el Ministerio de Defensa ruso anunció la apertura de una corredor humanitario entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde para evacuar a los civiles del complejo Azot y facilitar la rendición de las fuerzas ucranianas allí atrincheradas.
Pero nadie se ha rendido y el corredor humanitario ha sido utilizado únicamente por un hombre de 74 años . Esas son las informaciones del jefe de la guarnición de la milicia rebelde de Lugansk, Alexánder Nikishin, citado por las agencias rusas. «Esta mañana, hacia las siete, un abuelo de 74 años salió de allí, salió solo. Nadie nos avisó de antemano», afirmó Nikishin.
Ya por la tarde, las fuerzas separatistas aseguraron que el intento de evacuación «lo han reventado» los militares ucranianos . De esta forma, la situación se asemeja cada vez más a la vivida en la acería Azovstal de Mariúpol, un bastión casi inexpugnable que las tropas rusas y separatistas tardaron dos meses y medio en reducir.
El alcalde de Severodonetsk , Alexánder Striuk, por su parte, declaró que «los rusos están tratando de tomar la ciudad desde varias direcciones . Teniendo en cuenta que los puentes han sido volados, el enemigo cree que está presionando psicológicamente a nuestros soldados (...) pero continuamos defendiendo la ciudad y manteniendo la línea de defensa».
A la pregunta sobre si las unidades que, junto con los civiles, se encuentran en Azot han sido ya sitiados debido a la voladura de los tres puentes, Striuk respondió que «la destrucción de los puentes ha complicado la situación y las vías de escape son muy peligrosas , pero las hay, no están bloqueados completamente».
Combates en el centro
Según el alcalde, ahora están haciendo todo lo posible para establecer la logística necesaria y «encontrar soluciones más o menos viables». Striuk aseguró que el Ejército ucraniano «controla la zona industrial de Severodonetsk y el perímetro que posibilita la conexión con Lisichansk », la ciudad vecina situada un poco más al suroeste, al otro lado de río Severski Donets.
El regidor insistió en que «los combates siguen todavía en el centro de la ciudad (...) se trata de una situación cambiante, con éxitos parciales e incluso a veces con desperdicios tácticos ». Severodonetsk y Lisichansk son las dos últimas localidades que las tropas ucranianas defienden en la región de Lugansk. El resto del enclave se encuentra ya en manos de los separatistas prorrusos y las fuerzas enviadas en su ayuda por Moscú.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió el martes por la noche a sus tropas «aguantar» al máximo en Severodonetsk . Según sus palabras, «es vital permanecer en Donbass (...) la defensa de la región es esencial para hacer una estimación sobre quién dominará en las próximas semanas» en el campo de batalla.