Miles de ucranianos continúan abandonando su país
Natasha está a punto de cruzar la frontera. En su coche lleva a sus dos hijos y a su suegra que ha...
Natasha está a punto de cruzar la frontera. En su coche lleva a sus dos hijos y a su suegra que ha perdido su piso porque fue atacado. Su destino es Zaragoza, allí unos amigos le dejan un piso y buscará un trabajo, lo que gane lo enviará al ejército ucraniano, donde se ha quedado su marido. Sergey salió anoche de Kiev, ha pasado la noche en un campus universitario y se dirige a una ciudad fronteriza que no quiere desvelar. Un lugar que será parecido a Leópolis donde cada día Yrina ve como se llenan los campos de refugiados, desde allí nos envía su relato mientras se le quiebra la voz y rompe a llorar.