Miles de opositores protestan en Estambul contra el «fraude»
El principal partido rival anuncia que pedirá la anulación de la consulta
« El “no” ganó. ¡Por eso estoy aquí! ». Seda levanta la voz para hacerse oír a pesar del altavoz que junto a ella exclama consignas en contra del presidente Recep Tayyip Erdogan y el partido gobernante, el islamista AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo). « Ahora tiene todo el poder y hará lo que le dé la gana », añade esta joven contable.
Miles de personas salieron ayer a las calles de Estambul para protestar por los resultados del referéndum electoral que supone un aumento de los poderes ejecutivos del presidente. Los barrios liberales de Kadiköy y Besiktas fueron el escenario de las principales concentraciones.
La reforma constitucional se aprobó tan solo con el 51,41% de votos a favor del «sí», frente al 48,59% en contra . El ajustado margen y las denuncias de irregularidades han disparado la indignación de miles de turcos, que creen que los resultados fueron manipulados.
El principal partido de la oposición, el socialdemócrata CHP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) ha anunciado que va a pedir la anulación del referéndum. « El sistema presidencialista ha nacido muerto, no puede aplicarse en Turquía », ha asegurado la vicepresidenta del CHP Yasemin Oney Cankurtaran. El partido, además, ha anunciado que llevará su solicitud al Tribunal Constitucional en caso de que sea necesario.
La principal denuncia son los votos no sellados correctamente que, sin embargo, el Consejo Supremo Electoral (YSK) decidió dar como válidos a pesar de que va en contra de la ley. El propio organismo asegura que es «imposible» saber cuántas papeletas no recibieron el sello necesario, pero algunos medios han sugerido que podría haber incluso más de dos millones. Es importante recordar que la diferencia entre el «sí» y el «no» fue de 1.124.091 votos.
Previamente, el prokurdo HDP (Partido Democrático de los Pueblos) había asegurado tener indicios de que hasta el 4% de los votos podrían haber sido manipulados.
«No. Nosotros ganaremos», se podía leer en muchas de las pancartas de Kadiköy. El hecho de que ayer también se reuniera el Consejo de Seguridad Nacional para extender el estado de emergencia no preocupaba a ninguno de los presentes. «Estoy muy enfadada con el Gobierno. Y hay mucha gente como yo . Espero que esto sea el comienzo de un segundo Gezi», aseguraba Gülce en referencia a las masivas protestas de 2013.
La mitad del país
Aquellas manifestaciones acabaron en enfrentamientos brutales con la Policía y fracasaron en su intento de derrocar el Gobierno de Erdogan. Desde entonces las protestas callejeras no han vuelto a tener gran protagonismo en las calles turcas. Pero ahora la acumulación de poder de Erdogan puede ser razón suficiente para desatar la indignación de la mitad de la población que votó en su contra.
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