Merkel reivindica las estructuras multilaterales y la libertad de prensa ante el efecto Trump
La canciller alemana advierte a Washington de que la respuesta a los refugiados también es materia de seguridad y defensa
Merkel tenía sentado a solo un par de metros al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence. La Conferencia de Seguridad de Múnich ofrecía a la canciller alemana su primer contacto personal de alto nivel con la administración Trump y aprovechó esa corta distancia para contestar, una por una, a las declaraciones con las que el presidente de EE.UU. confunde e inquieta a sus socios europeos desde que llegó a la Casa Blanca. Comenzando por el final, Merkel bromeó, denominando «amigos» a los periodistas, para pasar a recordar, ya muy en serio, que «la libertad de prensa forma parte intrínseca de la democracia» y que «la independencia de la prensa debe ser respetada». También se refirió a la independencia del Banco Central Europeo al reconocer «un problema de valoración del euro» sobre el que dijo tener «influencia cero» y aceptó con palabras de asentimiento la exigencia estadounidense de que los países europeos aumenten sus aportaciones a la OTAN , no sin dejar pasar que la gestión de la crisis de los refugiados es también materia de seguridad y defensa.
Merkel insistió además en que no es justo identificar el Islam con el origen del terrorismo y llamó al respeto de las religiones, aunque pidió «claras palabras a los líderes religiosos islámicos marcando la frontera entre terrorismo y religión». Sobre Siria señaló que «no podemos encogernos de hombros» y sobre Rusia, reprochó a Moscú su «comportamiento inaceptable de los últimos años», advirtiendo a EE.UU. que la UE no puede aceptar ahora el restablecimiento de relaciones amistosas sin condiciones. Su alegato final fue en defensa de las organizaciones internacionales, como la OTAN y la ONU, y sus procesos de decisión, que EE.UU. y Rusia amagan con dejar de lado en beneficio de un nuevo orden bipolar en el que los dos países cobren el principal protagonismo geopolítico. «Estoy convencida de que los retos de nuestro mundo actual superan a cualquier país en solitario, requieren de un esfuerzo común y conjunto, de ahí la necesidad de estructuras internacionales multilaterales de debemos reforzar y hacer más eficientes», justificó, tras consolar a Trump, en su disgusto por encontrar tantos Mercedes Benz en la Quinta Avenida, señalando que «si echa una mirada aquí en la sala y ve la cantidad de iphones y productos de Apple, yo diría que puede estar absolutamente satisfecho».
Después de eso volvió a su silla y desde allí sonrió lo justo mientras Pence se esforzaba en la tarima por traducir las frases de Donald Trump y explicaba que, allí donde el presidente estadounidense había dicho que la OTAN es «obsoleta», el auténtico mensaje es: «Hoy, en nombre del presidente Trump, les traigo esta garantía: Estados Unidos respalda firmemente a la OTAN y cumplirá de forma inquebrantable sus compromisos hacia la alianza transatlántica». Pence hizo lo que pudo por tranquilizar a Europa sobre la relación Trump-Putin, admitiendo que «seguiremos pidiendo cuentas a Rusia». La frase hizo saltar de su asiento al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que llamó públicamente a EE.UU. a «relaciones bilaterales pragmáticas» al margen de la OTAN, a la que calificó como «una institución de la Guerra Fría, tanto en la forma de pensar como en el corazón». Lavrov demandó un nuevo «orden mundial justo, quizás un orden postoccidental» y recordó que EE.UU. y Rusia son vecinos, separados solamente por 4 kilómetros a través del Estrecho de Bering. Dejó claro que Putin tiene puestas grandes esperanzas en la relación con el nuevo gobierno estadounidense y de su discurso podía deducirse que han recibido alguna señal positiva por parte de Washington. Sobre si Trump optará finalmente por las estructuras internacionales multilaterales que trata de apuntalar Merkel o derivará en ese nuevo orden bipolar que le ofrece Moscú, en Múnich queda la sensación de que, por ahora, está diciendo a cada uno lo que desea escuchar.
Alto el fuego en Ucrania
El portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert, confirmó ayer que, después de sus respectivas intervenciones en la Conferencia de Seguridad de Múnich, la canciller Merkel y el vicepresidente Pence se reunieron a solas y que la conversación se centró en la «cercana y amistosa relación bilateral». Hablaron sobre Siria, Libia, la misión en Afganistán y los esfuerzos para una solución pacífica a la crisis en el este de Ucrania . La charla sobre este último punto debió resultar especialmente fructífera porque inmediatamente después, en una sala contigua, los ministros de Rusia y Ucrania, con la mediación de París y Berlín, firmaban un alto el fuego que debe entrar en vigor hoy. Anteriormente, Pence se había reunido con Poroschenko. Durante la Conferencia de Seguridad, Pence ha pedido a Putin que respete los acuerdos de Minsk y que sea más activo en la preservación de un alto el fuego que permita dar paso a la vía diplomática.
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