Al menos 20 muertos, entre ellos dos niños, en el bombardeo ruso de una zona residencial en Sumy esta madrugada

Estos son los efectos de las ojivas termobáricas, las potentes bombas que Ucrania teme que Rusia use

ATLAS ESPAÑA

Varios proyectiles certeros y criminales han bastado para convertir estas viviendas, donde dormían decenas de civiles, en un infierno. Las linternas de los bomberos alumbran los escombros que remueven a mano, golpean y seccionan en una búsqueda frenética por hallar supervivientes. Pronto, la realidad que se intuía, se hace visible. El ataque ruso ha convertido esta zona residencial en un cementerio de donde sacan a los muertos en camillas. Hay al menos una veintena de fallecidos. Dos son niños. Todos víctimas de una nueva matanza de civiles que echa más leña al fuego de una invasión que desintegra centros comerciales como este en Jersón, la ciudad del sur conquistada. La población agredida, como este ucraniano de Irpín, usa las redes sociales para maldecir a Putin desde su apartamento destrozado. El estruendo de la artillería no cesa en este decimotercer día de guerra. En Jarkov se han quedado sin su iglesia ortodoxa.-Redacción-

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